Una investigación de la fiscalía colombiana -a la que tuvo acceso la Revista Semana- comprobó que Juan Manuel Santos, presidente de Colombia (2010-2018) y Premio Nobel de la Paz (2016), financió sus campañas con dinero sucio de Odebrecht, la constructora brasileña que hizo tambalear los cimientos de la política en el continente.
La más reciente investigación de la fiscalía develó la existencia de un complejo entramado de redes, contactos y conexiones que llevan a la misma dirección.
De acuerdo a la investigación la constructora brasileña habría aportado el equivalente a unos 800 mil dólares actuales para las campañas de Santos: el grueso del dinero fue destinado a su reelección en 2014.
La fiscalía colombiana ya tendría acceso a las las pruebas y documentos que demuestran la existencia de dicha financiación, sentenció el artículo.
Las acusaciones se dan luego que el presidente Gustavo Petro le pidiera a la Fiscalía que reabriera los casos que envuelven al conglomerado colombiano Grupo Aval, que cotiza en la Bolsa de Nueva York, y su filial bancaria porque «los daños causados por Odebrecht a Colombia suman más de 124 millones de dólares».
Las empresas son señaladas de haber influido en la prologación de un contrato durante la gestión de Juan Manuel Santos (2010-2018) para desarrollar una infraestructura vial, la Ruta del Sol, que atravesaba los departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Santander, Norte de Santander y Cesar.
Cabe destacar que el escándalo de Odebrecht en Latinoamérica tiene su origen en el pago de millonarios sobornos a políticos en toda la región para acceder a información y tratos preferenciales con el objetivo de lograr la adjudicación de contratos de obras públicas.
Pero eso no es todo: la trama de Odebrecht financió campañas electorales en el continente y muchas veces, incluso, invirtió dinero simultáneamente a los dos principales aspirantes en cada contienda presidencial para asegurarse un acceso preferencial al futuro gobierno.
En el caso de Santos, un acuerdo entre el Grupo Aval y Corficolombiana, y el Departamento de Justicia de Estados Unidos y la Comisión de Valores de ese país, aportaron nuevas evidencias. En dichos documentos, se comprueba que el dinero de Odebrecht entró en las arcas de la campaña del Nobel colombiano.
Una importante fuente del caso, cuya identidad es desconocida, explicó la operación: Odebrecht aportaría dinero y sobornos a la campaña de Santos para asegurar que se extendiera el contrato Ocaña-Gamarra.
Según Semana, la compleja operación de ingeniería financiera para concretar la financiación a la campaña de Santos abarcó la participación de empresarios y compañías offshore en Argentina, Colombia, Brasil y Panamá.
La ruta del dinero fue la siguiente: el origen de los fondos era la multinacional brasileña. Luego, se enviaban a cuentas offshore en el extranjero. Entre éstas, destaca la empresa Management Services Limited, uno de los principales vehículos financieros de la operación.
Eleuberto Martorelli, presidente de Odebrecht en Colombia, admitió ante la Fiscalía que “se pagó un millón de dólares como contribución a la campaña” de Santos. En concreto, este aporte iba destinado a pagar un estudio sobre la situación política de las principales ciudades del país que sería usado en la campaña.
De confirmarse los hechos, el ex presidente podría enfrentar cargos legales y sumarse a la lista de mandatarios en la región que han enfrentado a la justicia por sus vínculos con la constructora, como PPK en Perú o el propio Oscar Iván Zuloaga, rival de Santos en 2014, en Colombia.
