La muerte de un bebé que fue decapitado durante el parto en un hospital en Atlanta, EEUU, fue calificado como homicidio, según la Oficina del Médico Forense del Condado de Clayton.
El fallecimiento del recién nacido fue causado por «acciones de otra persona» durante su complicado nacimiento el 9 de julio, así lo informó la Oficina del Médico Forense del Condado de Clayton.
Durante el parto el bebé dejó de descender debido a una distocia de hombros, que no permitió que los hombros del bebé pudieran pasar por el área pélvica. Posteriormente un médico realizó una cesárea ejerciendo tensión excesiva sobre la cabeza del bebé, causando que se separara del cuerpo.
La demanda presentada por los padres del bebé alega que la doctora Tracey St. Julian, no informó a la madre sobre la decapitación y se negó a dejarlos sostener al bebé luego de su muerte.
Además, acusan al personal del hospital de persuadirlos para no realizarle una autopsia al cuerpo del bebé y los presionaron para que lo cremaran.
Los padres no estaban al tanto de lo sucedido hasta que recibieron una llamada de la funeraria, ya que estaban desconcertados por recibir el cuerpo de un bebe decapitado de un hospital y no de la oficina de un médico forense.
«Sentí una urgencia de decir, escuchen, esto no está bien, no está bien. Nunca lo había visto antes», dijo el gerente de la Funeraria Willie A. Watkins Sylvania Watkins.
Esto hizo que la oficina del médico forense abriera una investigación y concluyera que la diabetes inducida por el embarazo y la rotura prematura de las membranas contribuyeron a la muerte del recién nacido.
Por su parte, el hospital negó las acusaciones de la denuncia y señaló que no proporcionarán declaraciones adicionales, debido a que el asunto está en litigio.
La Oficina del Médico Forense del Condado de Clayton emitió un comunicado declarando que la muerte del bebé fue un homicidio y que el fiscal de distrito decidirá si se presentarán cargos formales relacionados con la investigación por este delito.
«Solo queremos justicia para nuestro hijo. Nos mintieron. No nos dejaron tocarlo. No nos gustó», dijo el padre del bebé.