Este martes, Israel acude a las urnas por quinta vez en los últimos cuatro años, para intentar elegir un primer ministro, y poner fin al estancamiento político en curso, en el país del Medio Oriente.
Esta es la primera vez en 13 años, que el exprimer ministro Benjamin Netanyahu no se postula como titular, sin embargo, espera volver a la escena política como jefe de una coalición de extrema derecha.
Por su parte, el primer ministro centrista, Yair Lapid, espera que el manto del primer ministro interino lo ayude a mantenerse en el cargo.
Actualmente Israel experimenta una reñida y polarizada crisis política, que podría desencadenar una inestabilidad en la región.
Bajo un fuerte operativo de seguridad, más de 12.000 colegios electorales esperan a 6,78 millones de israelíes que disponen de 39 partidos para elegir, pero la decisión se reduce a dos bandos: La de Netanyahu, juzgado por corrupción, o mantener a la joven y heteróclita coalición liderada por el centrista Lapid.
Se prevé que al cierre de la jornada electoral se publicarán los primeros sondeos realizados a pie de urna, seguidos por los primeros resultados oficiales que podrían publicarse este jueves, cuando finalice el recuento de unos comicios de por sí, muy ajustados.
Una encuesta realizada por el medio Haaretz, destaca que es probable que el bloque liderado por Netanyahu, alcance los 61 escaños necesarios para formar una mayoría en el gobierno, mientras que la alianza conformada por Lapid se queda corto por alrededor de cuatro a cinco asientos.
Crisis política sin precedentes
Israel atraviesa una crisis política entre quienes quieren un regreso triunfal del conversador Benjamin Netanyahu, junto con la derecha radical y los partidos ultra religiosos; y por otra parte los que quieren mantener al actual primer ministro Yair Lapid.
Netanyahu, de 73 años, permaneció 12 años ininterrumpidos a la cabeza del gobierno, hasta que perdió las riendas del poder hace un año y medio. Actualmente la justicia de ese país presentó cargos contra él por supuestos casos de sobornos, fraude y abuso de confianza.
De ser declarado culpable, Netanyahu, podría ser condenado a prisión, es por esto, que formó un bloque con varios partidos políticos, en el que solicitarán en el Parlamento la modificación de varias leyes.
Expertos del tema destacan que, de aprobarse esta modificación, se debilitaría las cortes de justicia, eliminando los frenos formales que defienden la democracia.
Por su parte, Yair Lapid, de 58 años, primer ministro desde julio, líder del partido Yesh Atid, fue el único líder israelí en lograr una coalición de partidos de izquierda, centro, derecha y una tolda árabe.
En una jugada política, Lapid perdió su mayoría en el Parlamento con la salida de los miembros de la derecha, lo que obligó al gobierno a convocar nuevas elecciones.
En este punto, los especialistas del teman aseguraron que su gobierno era demasiado heterogéneo para resistir mucho tiempo, debido a desacuerdos internos inevitables.
