Israel confirmó ser responsable de un ataque contra el campo de refugiados de Jabalya en el norte de Gaza el martes que, según funcionarios palestinos, dejó cientos de muertos y heridos.
«Las Fuerzas de Defensa de Israel atacaron y mataron a un alto comandante de Hamas, Ibrahim Biari, dijo el portavoz de las FDI, el teniente coronel Richard Hecht», publicó The Washington Post.
El portavoz israelí indicó que en la ofensiva se utilizaron soldados en tierra y en un avión de las FDI; varios militantes de Hamas murieron y que las entradas de los túneles, las armas y el equipo militar fueron destruidos.
«Su eliminación tuvo lugar en el marco de una vasta operación contra terroristas e infraestructuras terroristas pertenecientes al Batallón Central de Jabalia, que había tomado el control de edificios civiles en la Franja de Gaza», declaró el Ejército.
Según medios de comunicación árabes, al menos 400 personas murieron en el ataque y decenas resultaron heridas.
Agrega la información que las imágenes de la escena transmitidas por Al Jazeera mostraron a docenas de civiles cavando entre los escombros para llegar a las personas atrapadas.
La situación para los civiles palestinos empeora: al menos 8.525 han muerto, según la última actualización de las autoridades locales mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió sobre una “catástrofe de salud pública inminente”.
No es un dato menor que el director de la oficina de Nueva York del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Craig Mokhiber, renunció porque la ONU «no parecen tener poder para parar el genocidio palestino, osnio, yazidí o rohingya. La actual carnicería contra el pueblo palestino no deja ningún espacio para dudar.
Señaló que Israel ha llevado a cabo ataques aéreos en Gaza contra escuelas, iglesias, mezquitas, instituciones médicas e instalaciones civiles, mientras que también ha denunciado los ‘pogromos’ contra la población palestina en Cisjordania.
Criticó a los gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido y los países europeos por «ser cómplices».