La defensora general de la División de Investigación Criminal de la Policía Militar israelí, Yifat Tomer Yerushalmi, decidió engavetar la investigación porque “no hay sospecha de delito tras interrogar a los militares”.
Además, argumentó que una investigación que trata a los soldados israelíes como sospechosos generará oposición dentro de la sociedad.
La revelación sobre el destino de la investigación del asesinato de la periodista palestina Shireen Abu Akleh (el pasado 11 de mayo) se tomó a pesar que el informe preliminar, presentado por el titular de Defensa, Benny Gantz, admitió “desconocer quién le disparó”.
El Ministerio de Exteriores de Palestina rechazó la noticia y afirmó en un comunicado que no se declara el fundamento jurídico para tomar esta decisión.
“Se están ignorando decenas de testimonios en vivo, resultados de autopsias y otras pruebas de condena al ejército de ocupación”, indicó en un comunicado.
La familia de Abu Akleh no se sorprende y exige una investigación transparente: “queremos responsabilizar a quienquiera que sea responsable de estos actos”, escribieron en un comunicado e instaron a Estados Unidos a participar ya que la periodista era una ciudadana estadounidense.
Tanto el Gobierno como los partidos palestinos acusaron a Tel Aviv por el crimen.
La Autoridad Nacional Palestina anunció una investigación, invitó a participar a organizaciones internacionales de derechos humanos y se negó de forma tajante a una pesquisa conjunta con Israel.
Recordemos que el día que asesinaron a Abu Shireen (de 51 años) llevaba puesto un casco y un chaleco con la palabra “PRENSA”. Sin embargo, recibió un disparo mortal entre el casco y el chaleco mientras reportaba una redada israelí en Jenin, en el norte de la ocupada Cisjordania.
Su muerte provocó una ola de condenas internacionales que aún no cesan.