Kimberly Cheatle, directora del Servicio Secreto, calificó el intento de asesinato del expresidente Donald Trump como el «fallo operativo más significativo» de la agencia en décadas.
«La misión solemne del Servicio Secreto es proteger a los líderes de nuestra nación. El 13 de julio fallamos», afirmó Cheatle ante la Comisión de Supervisión de la Cámara de Representantes.
Asunción de responsabilidad
Cheatle asumió toda la responsabilidad por los errores cometidos durante el ataque en el mitin de Trump en Pensilvania. Prometió «mover cielo y tierra» para evitar que un incidente similar vuelva a ocurrir.
Esta fue su primera aparición ante los legisladores desde el tiroteo del 13 de julio, que dejó un espectador muerto, a Trump herido en la oreja y a otros dos asistentes heridos. Thomas Matthew Crooks, el atacante, disparó desde un edificio cercano.
Críticas y cuestionamientos
Los legisladores expresaron su enojo por la cercanía del atacante al candidato presidencial republicano. El Servicio Secreto reconoció que, años antes, rechazó algunas solicitudes de la campaña de Trump para aumentar la seguridad en sus eventos.
Cheatle fue interrogada intensamente sobre por qué se le debería permitir conservar su trabajo y por qué a Trump se le permitió subir al escenario después de que las autoridades locales identificaron a un sospechoso.
Interrogantes sin resolver
Cheatle enfrentó preguntas sobre la falta de agentes en el techo donde se encontraba el agresor y sobre el uso de drones para monitorear el área. Admitió que aún espera los resultados de la investigación, lo que provocó frustración entre los miembros del comité.
El legislador Mike Turner, republicano por Ohio, la criticó duramente: «Directora Cheatle, como Donald Trump está vivo, y gracias a Dios lo está, usted parece una incompetente. Si lo hubieran matado, usted parecería culpable».
Defensa de Cheatle
Con casi tres décadas en la agencia, Cheatle se mostró desafiante al afirmar que es la «persona adecuada» para dirigir el Servicio Secreto. El representante Ro Khanna, demócrata por California, recordó que el director del Servicio Secreto durante el intento de asesinato del presidente Ronald Reagan dimitió posteriormente.
Un historial preocupante
El ataque a Trump fue el intento más grave de asesinar a un presidente o candidato presidencial desde que le dispararon a Ronald Reagan en 1981. Este incidente se suma a una serie de fallas de seguridad de la agencia que ha generado investigaciones y escrutinio público a lo largo de los años.
El Servicio Secreto reconoció que rechazó algunas solicitudes de la campaña de Trump para aumentar la seguridad en sus eventos previos al intento de asesinato, pero Cheatle aseguró que «no se negaron activos» para el mitin del 13 de julio.
Llamadas a la renuncia
El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, calificó lo ocurrido como un «fracaso». Varios legisladores han pedido la renuncia de Cheatle, pero hasta el momento, ella no tiene intención de dimitir y cuenta con el apoyo del presidente Joe Biden y de Mayorkas.
Las autoridades continúan investigando las motivaciones de Crooks, sin encontrar aún ninguna inclinación ideológica que explique sus acciones. Los investigadores hallaron fotos de Trump, Biden y otros altos funcionarios en el teléfono de Crooks, así como búsquedas relacionadas con la Convención Nacional Demócrata y las apariciones de Trump.
Con información de AP