La menor de las Kardashian, Kylie Jenner, se vio en el ojo del huracán estos últimos días luego de publicar una foto en Instagram en la que aparece junto a su pareja, el rapero Travis Scott y bromea sobre la idea de escoger su avión privado o la nave de él.
Sin embargo, no fue la imagen de la pareja el foco de atención de las críticas hacia la socialité, sino que los comentarios estuvieron dirigidos hacia su avión privado, el ‘’Kylie Air’’, comprado en 2020 por 72.8 millones de dólares.
El pasado 13 de julio, la cuenta de Twitter de Celebrity Jets publicó acerca del vuelo ‘’ridículamente’’ corto que realizó la multimillonaria, el cual despegó del aeropuerto de Camarillo en California y voló solo 3 minutos hasta el aeropuerto de Van Nuys, también en California.
Las críticas llegaron debido a que estas dos ubicaciones están separadas por solo 60 kilómetros y muchos aseguraron que solo se estaba ahorrando 15 min de viaje en auto. La controversia radica en que, según los cálculos, el vuelo en el ‘’Kylie Air’’ generó 0,24 toneladas métricas de dióxido de carbono, mientras que el viaje en auto habría generado solo 0,02 toneladas métricas.
Recalcando que, los aviones privados como el de la más joven del clan Kardashian, un Bombardier Global 7500, pueden generar de 5 a 14 veces más contaminación que los aviones comerciales.
El 1% de la población más rica del mundo produce el doble de las emisiones de dióxido de carbono del 50% más pobre, según cifras de la Organización de Naciones Unidas, ONU. Entre 1990 y 2015, la élite contaminante contribuyó con 37%% del crecimiento de las emisiones de gases contaminantes.
Kylie Jenner realiza vuelos muy cortos con bastante regularidad y muchos indican que, eso demuestra cómo las políticas son aplicadas solo en algunos países. A pesar que las personas ricas son las que más contaminan, las personas con menos recursos deben modificar su vida para suavizar los efectos del cambio climático.
