Los alimentos que contienen hidratos de carbono simples -como por ejemplo el azúcar- propician que el cerebro libere dopamina, la llamada hormona de la felicidad, que, aunque no es el único neurotransmisor que hace sentir bien, es uno de los más importantes en el centro de recompensa.
Santiago Plano, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina, explicó que cuando realizamos comidas altas en azúcar se produce a nivel cerebral la liberación de dopamina, asociado con el sistema del placer del cerebro, suministrando sentimientos de bienestar y confort.
“Incluso después de comer, no se pierde esa sensación placentera que dan las cosas dulces. Además, socialmente está muy asociado la ingesta de un postre dulce como algo gratificante después de la comida”, dijo.
Por su parte, la dietista Liz Powell, de Yaletown Nutrition, explicó que es totalmente natural que nuestro cuerpo sienta necesidad de azúcares, sobre todo en períodos en los que nos falta energía o combustible para seguir con el día".
Andy De Santis, dietista de Toronto, añadió que aunque tengas una alimentación sana y hagas ejercicio para hacer frente a tus antojos dulces, seguirás sintiendo esas ganas como todo el mundo.
Sin embargo, los expertos aseguran que el efecto placentero producido por el consumo de azúcar es muy corto, por lo que siente rápidamente la necesidad de volver a comer alimentos azucarados para aumentar la dopamina, creando un círculo vicioso del cual cada vez es más difícil salir.
No es un dato menor que desde el punto de vista de la crononutrición (la ciencia que estudia el efecto de la alimentación sobre el sistema circadiano) hay determinados horarios en los que el cuerpo procesa peor los dulces.
Los horarios nocturnos no son recomendados para ingerir azúcares pues el cuerpo está menos preparado para procesarlos y además va a costar más dormir pues se está recargado de energía.
Desde la crononutrición, se recomienda la ingesta de alimentos dulces lo más temprano posible, así el cuerpo tiene tiempo de descargar esa energía.
Sin embargo, para combatir los antojos de comer dulces preparados con azúcar antes de dormir lo mejor es encontrar otras alternativas saludables que también proporcionen placer: estevia, xilitol, eritritol, jarabe de yacón, miel, jarabe de maple o melaza.