Ante la aparición de la Inteligencia Artificial (IA) y los miles de productos hasta ahora creados con ellas (textos, vídeos, evaluaciones) una parte del periodismo y la comunicación encendió las alarmas pues las voces agoreras advierten que los periodistas serán reemplazados. Algo como “la rebelión de las máquinas” pero en las salas de redacción.
La empresa consultora de medios Prodigioso Volcán en colaboración con la Fundación Gabo y New Media Research publicaron la Guía IA para Periodistas y allí explican que, aunque muchos periodistas ven a la IA como un enemigo a combatir, en realidad puede ser una herramienta súper útil para el desarrollo de cualquiera de las aristas de la profesión de comunicador.
“Para nadie es un secreto que la generación automática de texto, imagen y audio ha revolucionado la creación de contenidos. De hecho, tan solo 5 días después de su lanzamiento, ChatGPT y su formato conversacional alcanzaron un millón de usuarios. Su antecesor, GPT-3, había tardado dos años en llegar a esa cifra”, explica la guía.
Recuerdan que en 1956 se acuñó el término “inteligencia artificial” y fue en un encuentro de expertos en teoría de la información, redes neuronales, computación, abstracción y creatividad, que tuvo lugar en la Universidad de Darmouth, EEUU.
También destacan que varias empresas se han especializado en la creación de artículos automáticos como crónicas de fútbol, mercados de valores y resultados electorales.
“Algunas de esas tecnologías son LeoRobot, Syllabs o Data Skrive, que tiene un acuerdo con la agencia Associated Press . Otras empresas se han especializado en generación de contenido no textual, incorporando también no sólo infografías de datos, sino también recursos visuales o incluso vídeos automáticos como Wibbitz”, puntualiza la guía.
Obviamente, hay toda una explicación de cómo la aplicación de la inteligencia artificial va mucho más allá de lo tecnológico y lo científico, alcanzando desafíos como la privacidad, la ética y el desarrollo social.
Subrayan la necesidad de que los periodistas aprendan a relacionarse con la IA y trabajar con ella. Además, aseguran que los mejores proyectos con esta nueva herramienta serán los más interdisciplinares.
Durante todo el texto, el espíritu que se impulsa es que uno de los grandes retos para una correcta implantación será lograr procesos transparentes, revisables y ajustables para su mejora (abrir las cajas negras).
Además, que el potencial de la IA contribuirá a una mejora de procesos y servicios a escala global (no podrá suplantar en ningún modo a los buenos periodistas).
Recuerdan que, así como el reconocimiento satelital no suplantó a los meteorólogos sino que los ayudó con su trabajo, de la misma forma ocurrirá con el periodismo.
