Analistas coinciden con la columnista de theconversation.com, Mary Angela Bock, de que el show en torno al caso del ex presidente Donald Trump y la típica caminata hacia una sala del tribunal más que humillarlo, logró energizarlo.
Cientos de camarógrafos entrenaron sus lentes en la puerta del juzgado y los helicópteros en lo alto capturaron la corta caminata de Trump. Fue visible para el público por segunda vez dentro del juzgado y, con una expresión severa, pasó junto a los guardias de seguridad y la policía. Como dijo el abogado de Trump, Joe Tacopina, su cliente no estaba esposado.
“Trump obtuvo lo que quería, ya que él, según informes recientes de los medios, quería ser el centro de atención y crear un espectáculo. Sus detractores también obtuvieron lo que querían, que era un registro visual de Trump presentando oficialmente a las autoridades, cinco días después de que él fuera acusado por 34 presuntos delitos graves relacionados con fraude comercial y un pago de dinero secreto a una estrella porno”, escribió la analista Bock.
Y aseguró que es probable que Trump y sus seguidores no traten esto como un paseo de vergüenza. “De hecho, un evento de alto perfil como una caminata puede alimentar más la carrera de Trump para la presidencia”.
Normalmente, las caminatas son vistas como un ritual mediático que pone al presunto criminal en exhibición para que todos lo vean. Pero Trump es un showman y nadie mejor maestro de ceremonias de su acusación.
Los manifestantes que se reunieron en un parque al otro lado de la calle del tribunal no pudieron ver a Trump mientras caminaba desde su camioneta hasta el juzgado para escuchar la lectura de cargos pero siempre mantuvieron su expectación. Los partidarios de Trump, la mayoría con sombreros rojos, fustigaron al fiscal de distrito mientras que los manifestantes contrarios celebraron la acusación. Fueron casi superados en número por policías y periodistas.
Recuerda la autora, que, en su libro de 2021, “Ver justicia,” describió como “El Camino de la Vergüenza” lo ha sido parte de las noticias visuales durante décadas. Su nombre fue utilizado por primera vez en 1994 como jerga del periodismo sensacionalista.
En casos inusuales, los acusados intentan engañar a la prensa para evitar ser fotografiados. Sin embargo, la mayoría de las veces son producciones realizadas por la prensa y la policía: algunos resultan simplemente de una propina de los agentes de policía sobre dónde y cuándo aparecerá una persona.
En algunos casos, como cuando Hollywood encarceló a Harvey Weinstein en 2018, las caminatas se programan de antemano con planes de seguridad cuidadosos para el lugar donde los fotógrafos pueden o no pararse.
“Creo que un político como Trump teme ser olvidado o ignorado. Es posible que sus oponentes quieran verlo humillado, pero deben tener en cuenta que su primera aparición en el juzgado probablemente lo energizó”, finalizó Bock.
