Un grupo de científicos de la Universidad Autónoma de Madrid y de la Universidad Francisco de Vitoria, demostró que la realidad virtual podría prevenir el consumo de alcohol y cannabis entre los jóvenes.
En el estudio probaron con el uso de esta moderna tecnología cómo las situaciones estresantes pueden precipitar el deseo y la búsqueda de sustancias como el alcohol o el cannabis.
A través de un laberinto elevado virtual recrearon un entorno muy estresante para analizar las diferentes respuestas de los jóvenes, según los niveles de consumo. Con base a este contexto, crearon ambientes estresantes pero controlados por medio de la realidad virtual inmersiva.
El resultado le permitió a los investigadores analizar las respuestas conductuales, físicas, fisiológicas y hormonal de los jóvenes, antes y durante y después de experimentar la situación de estrés.
Posteriormente los participantes fueron divididos en tres grupos: los que presentan un problemático consumo de alcohol, los que consumen alcohol y cannabis y un grupo de control, que no consume nada.
Las conclusiones mostraron que las diferencias tanto de conducta como fisiológicas que se detectaron podrían utilizarse para detectar individuos jóvenes con riesgo de futuras adicciones graves relacionadas con el estrés.
Por otra parte, estos experimentos podrían servir para desarrollar estrategias de prevención centradas en aspectos emocionales, cognitivos, psíquicos y fisiológicos.
En otro de los ensayos pusieron a los jóvenes voluntarios sobre una plataforma elevada en forma de cruz con dos extremos sobre un rascacielos, y se le permitió explorar libremente durante cinco minutos.
El experimento permitió comprobar las diferencias entre el grupo que presentaba un consumo problemático de alcohol, los que consumían alcohol y cannabis, y el grupo de control, afirmó Román Moreno, coautor del estudio y profesor de la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad Francisco de Vitoria
De esta forma comprobaron cómo una situación estresante precipita la búsqueda de sustancias entre jóvenes que presentan ya un tipo de consumo que se puede considerar problemático; aunque todavía no cumpla los criterios de «adicción».
