Según expertos, la adolescencia es una de las etapas más complicadas del ser humano, ya que en ella se experimentan todos los cambios abruptos en el cuerpo, así como el inicio de la madurez mental, factores que causan que los jóvenes se sientan abrumados, un fenómeno que en los últimos tres años se ha incrementado.
Una encuesta hecha por la Diputación de Barcelona sobre hábitos de salud, confirmó que sólo el 44% de los jóvenes entre los 15 y 16 años se sienten bien en su piel, y únicamente ese porcentaje se siente “animado” ante la vida futura.
Con estos resultados, se dispararon las alarmas en las autoridades por el aumento en los suicidios adolescentes, que fueron al alza durante la pandemia.
Teresa Llorens, la coordinadora del ’Igualtat de la Diputación de Barcelona explicó: “Quizás por la salud de los mayores y otros aspectos, estamos viendo los efectos negativos del aislamiento entre los adolescentes, una etapa de formación de la personalidad. Dejaron de socializar y relacionarse con sus pares. Y aumentaron el uso excesivo de las redes sociales. El panorama que se desprende es, sí, agridulce”.
Este estudio se hace desde 2015, y lleva hasta la fecha 23.791 personas consultadas. En el último corte corroboraron que luego de la pandemia se dió un empeoramiento en el estado de ánimo de todos los adolescentes, ya que los “malos hábitos” que tenían se intensificaron.
Los expertos, lograron demostrar un malestar general de un sector de la población sobre todo por los problemas que puedan tener en su vida sexual, la cual está en pleno descubrimiento, los horarios de sueño disparejos, la presión por los estudios, entre otros.
El psicólogo español Francisco Villar, explicó que todo esto puede deberse por el uso de los teléfonos, por lo que recomendó que los niños no usen el celular hasta cumplir los 16 años porque esto sólo podría tener un efecto “dramático” en sus cerebros, es decir si los padres le decomisan su teléfono a un joven,, éste puede sentir como si le quitaran alguna parte del cuerpo.
“El acceso de los adolescentes a los teléfonos móviles nos lo ha complicado mucho [la lucha contra el suicidio]. Los menores tienen acceso prematuro a muchísima información que los puede ayudar a acabar tomando la decisión. Los teléfonos de las criaturas son nuestros [de los padres], no de ellos. Es mi móvil y te lo dejo para que lo utilices, pero lo controlo yo, porque la responsabilidad es mía”,, afirmó el psicólogo.
Además de los teléfonos, los expertos culpan al uso de las redes sociales ya que ellas tienden a vender una idea irreal sobre una persona. Las aplicaciones sólo ofrecen dietas, vidas y cuerpos que no son los más apropiados para un adolescente de 15 años en pleno descubrimiento.
Además, los especialistas en salud mental sugieren tener una conversación abierta con los hijos sobre el uso de las redes sociales y los celulares.