La experiencia de percibir los sonidos prefabricados ha ido evolucionado igual o más rápido que la forma en la que accedemos a los distintos contenidos.
Las cornetas que calibraban su poder con estruendosos bajos, medios y agudos, han mutado gracias a las regulaciones y las innovadoras actualizaciones.
Algunos audífonos pueden transmitir música, llamadas e incluso pueden anclarse a la televisión, entre otras bondades.
Actualmente diversas marcas de electrónica se han asociado con fabricantes de audífonos para que los dispositivos sean tan comunes como el uso de los lentes correctivos.
Los avances son tan vertiginosos que diversas firmas de audífonos están desarrollando sistemas para ajustar su sonido a cada persona, a la formas de las orejas o a la forma de su cabeza.
Hasta ahora los fabricantes se habían centrado en ofrecer distintas opciones de ajuste con almohadillas de tamaños y materiales para garantizar la mejor experiencia de escucha posible.
Sin embargo, si el canal auditivo no quedaba bien sellado, seguían entrando ruidos del entorno, que no permitía distinguir bien los matices de la música.
En este caso en particular, el proceso de mezcla y masterización se encarga de empalmar armoniosamente el conjunto de sonidos que se graban y si no tenemos unos buenos auriculares, no podremos percibirlo con fidelidad.
En el caso de Apple, por ejemplo, esta característica se ha llamado audio espacial y se emplea para que la experiencia sea más inmersiva, de forma tal que cada usuario perciba el sonido de acuerdo al tamaño de su oreja y su cabeza.
Para eso, se debe hacer un escáner previo con la cámara del iPhone de esta parte del cuerpo.
Cuando se escucha música o películas en el iPhone, iPad, Mac y Apple TV, el sonido parece que llega de todas partes y, gracias al giroscopio y acelerómetro instalados en cada auricular, detectan cómo nos movemos, que hace que el sonido también se perciba diferente en función de la posición de la cabeza.
Sin embargo, se requiere tener unos AirPods Pro de 1ª o 2ª generación, AirPods Max, los AirPods de 3ª generación o unos Beats Fit Pro. Además, esta opción solo está operativa en teléfonos y tabletas con el sistema operativo 15.1 o superior, y en ordenadores Mac con procesador M1 o superior.
Por su parte, Sony presentó su 360 Reality Audio a la música y la grabación de videos musicales en vivo, que permite ubicar las voces, los instrumentos e incluso el sonido del público en un campo sonoro esférico a una distancia personalizada.
La diferencia con Apple es que la tecnología está integrada en múltiples sistemas de sonido, y la música envolvente está disponible en plataformas como Amazon Music Unlimited o Tidal.
Sin embargo, al igual que la compañía de la manzana mordida, desde la app Headphones Connect, que se emplea para gestionar el dispositivo desde el teléfono, se puede analizar la forma de la oreja y las mejillas.
Bose no se quedó atrás y propone algo diferente; en lugar de escanear las orejas se centra en el canal auditivo y los auriculares repiten automáticamente el análisis cada vez que un usuario se los pone y con los resultados del test, mejora el nivel de cancelación de ruido activo.
La empresa estadounidense ha empleado esta innovación en los QuietComfort Earbuds II inspirado en la tecnología AdaptiQ de sus populares barras de sonidos y sistemas de cine en casa, que valoran el tamaño de la habitación, la forma, la alfombra y los muebles.
En la práctica cada vez que se usan los auriculares, éste emite un sonido que viene y va, que es captado por los micrófonos integrados. Este balance previo dura solo unos segundos, que son suficientes para sintonizar el oído y mejorar el rendimiento sonoro.