El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, declaró este domingo el estado de excepción en la ciudad de Guayaquil tras una fuerte explosión en el sector de Cristo del Consuelo, que hasta los momentos, deja un saldo de cinco muertos y 17 heridos.
"He declarado en Estado de Excepción a la ciudad de Guayaquil debido a los sucesos delictivos dados en las últimas horas. Se dispondrá de toda la fuerza pública para restablecer el control de la ciudad. No permitiremos que el crimen organizado pretenda manejar al país", informó el jefe de Estado a través de su cuenta Twitter.
Lasso indicó que las autoridades continúan investigando los hechos para dar con los responsables de este suceso. De igual forma resaltó que las familias de la víctimas recibirán toda la asistencia social que sea necesaria por parte del Gobierno.
El gobierno ofreció una recompensa de 10.000 dólares a quienes entreguen información que permita esclarecer el caso.
Testigos aseguran que dos sujetos a bordo de una motocicleta dispararon al aire y luego arrojaron una bolsa que posteriormente detonó. Las autoridades policiales confirmaron que han detenido a dos personas como posibles sospechosos de este ataque.
La explosión provocó daños materiales a varias viviendas del sector y a varios vehículos que se encontraban aparcados en el sitio del suceso.
En el mes de abril, el primer mandatario ya había declarado un estado de excepción de 60 días en las provincias de Esmeraldas, Manabí y Guayas, cuya capital es Guayaquil, debido a los altos índices de violencia ligados al narcotráfico.
En una rueda de prensa, el secretario Nacional de Seguridad Pública y del Estado, Diego Ordóñez, informó que el estado de excepción en la ciudad costera de 2,8 millones de habitantes regirá desde este domingo 14 de agosto y se entenderá por 30 días.
Ordóñez anunció que las víctimas de este atentado están plenamente identificadas y de los heridos atendidos, algunos tienen antecedentes penales. "Muchos de ellos, por no decir la mayoría, se están acogiendo al silencio y no quieren aportar con la investigación", subrayó.
El ministro del Interior fue enfático al señalar que "no es un problema de la Policía, es una declaración de guerra al Estado. O nos unimos para enfrentarlo o el precio será aún más alto para la sociedad".