Tras asumir el pasado martes las riendas del gobierno británico, la primera ministra Liz Truss anunció este jueves ante la Cámara de los Comunes, un primer paquete de medidas para mitigar el efecto del aumento de los precios de la energía en el Reino Unido.
La nueva jefa de gobierno informó la congelación temporal de las facturas de gas y electricidad a partir de octubre, con un tope anual de 2.500 libras (2.874 euros). Este subsidio se extenderá por los próximos dos años.
El aumento de los precios en las facturas energéticas había provocado protestas y huelgas en distintos sectores; sin embargo, el anterior gobierno había establecido un máximo de 3.549 libras (4.000 euros) que las compañías podían cobrar a los hogares británicos, lo que igual representaba un alza del 80% frente a la facturación regular.
El representante de la empresa energética Ofgem, Jonathan Brearley, señaló que el aumento de los precios de la energía se debe a un “acto económico agresivo del Estado ruso”, ya que cortaron “lenta y deliberadamente” el suministro de gas a Europa.
Otra de las medidas tomadas por Truss, consiste en volver a las prácticas del fracking, o fracturación hidraulica, que estaba vetada del Reino Unido, y en seis meses se podrá volver a extraer gas de esquisto, un proceso en el que se perfora la tierra para extraer el mineral.
La primera ministra ha señalado que el objetivo es hacer frente a los altos precios de la energía y apoyar al país durante este invierno y el próximo, por esta razón abordarán las causas del aumento de los precios para no volver “a la misma posición”.
Según Truss, estas medidas aliviarán la presión de las facturas energéticas de los hogares de los británicos, y les permitirá ahorrar 1.000 libras (1.150 euros).
El plan también contempla una inyección de recursos a las empresas que operan en el mercado mayorista para que obtengan la liquidez necesaria y así evitar la volatilidad de los precios. "Esto estabilizará el mercado y disminuirá la probabilidad de que los minoristas de energía necesiten nuestro apoyo como lo hicieron el invierno pasado" apuntó Truss.
Todos estos anuncios se hicieron horas antes de darse a conocer el fallecimiento de la Reina Isabel II, que supondrá la suspensión de todas las actividades del parlamento y el gobierno británico, mientras se realizan los funerales de Estado, en marco del estricto protocolo inglés.
