El incendio en las reservas de combustible de Matanzas, en el norte de Cuba, ha dejado 1 muerto y al menos 121 personas heridas, según el balance ofrecido por el Ministerio de Salud. El fuego se originó tras el impacto de un rayo la noche del viernes, en un tanque que tenía almacenado al menos 55 mil litros de petróleo.
Pese a los esfuerzos de los bomberos por controlarlo, durante la madrugada y la mañana del sábado ocurrieron al menos cuatro explosiones más. Hasta los momentos 17 bomberos están desaparecidos y cerca de 1.900 habitantes de los alrededores han sido evacuados, informó el gobernador de Matanzas, Mario Sabines.
Debido a esta situación el Gobierno cubano solicitó ayuda y asesoramiento a países amigos con experiencia en el tema petrolero.
La respuesta no tardó en llegar. En este sentido, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, anunció este sábado el envío de un fuerte despliegue de personal de la petrolera estatal Pemex, de la Marina, del Ejército y de la Fuerza Aérea, expertos en controlar incendios.
Por su parte, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduró informó el envío de 35 especialistas y técnicos de la estatal PDVSA, capacitados en este tipo de incendios. Además de la ayuda del personal calificado en este tipo de situaciones, se envían toneladas de espuma y polvos químicos para intentar controlar el siniestro.
Incluso, el viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío, agradeció la asesoría técnica por parte de Estados Unidos para afrontar esta situación. “Ya está en manos de los especialistas la propuesta estadounidense para la debida coordinación”. Puntualizó.
El presidente Miguel Díaz-Canel agradeció a través de su cuenta Twitter la respuesta inmediata y solidaria de los países que ofrecieron su ayuda. “Expresamos profunda gratitud a los gobiernos de México, Venezuela, Rusia, Nicaragua, Argentina y Chile, que con prontitud han ofrecido ayuda material solidaria ante esta compleja situación”.
El Ministerio de Transporte suspendió todas las actividades en el puerto de Matanzas, incluida la descarga de combustible, y todos los barcos fueron desviados al puerto de La Habana o de Cienfuegos.
