Más de 36 personas han fallecido en Brasil debido a las fuertes lluvias que han caído en los últimos días.
Además, hay unas 228 personas desalojadas y 338 evacuadas en la región costera al norte de la capital, donde se decretó el estado de calamidad en cinco municipios.
En ese contexto, varias ciudades de Sao Paulo, principalmente del litoral, cancelaron los festejos de carnaval.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, viajó este lunes a Sao Sebastiao, en el estado de Sao Paulo, para atender la emergencia y sobrevoló la región junto a su gabinete ministerial y autoridades del estado.
El presidente Da Silva activó a todo su gabinete ministerial, agendó una reunión con el gobernador de Sao Paulo, Tarcísio de Freitas, y el alcalde de Sao Sebastiao, Felipe Augusto, al tiempo que envió condolencias a las familias de las víctimas.
El número de heridos y desaparecidos no fue precisado por las autoridades, que trabajan a contrarreloj para auxiliar a las víctimas, sin embargo, se presume que son varias las personas que están desaparecidas.
Más de 130 equipos, con el apoyo de 23 vehículos y 7 aviones, están comprometidos en las acciones que se concentran en todo el país.
La Alcaldía de Sao Sebastiao, una turística ciudad del litoral norte de Sao Paulo y que por esta época recibe una gran cantidad de turistas, decretó este domingo «estado de calamidad pública» y canceló toda la programación del día prevista para el Carnaval de Brasil.
En las últimas 24 horas, la ciudad casi triplicó la cantidad de lluvias previstas para todo febrero. Hubo ríos de lodo, inundaciones y deslizamientos, sin víctimas mortales, pero con una cantidad todavía no informada de damnificados.
Otras ciudades del litoral con importante flujo turístico registran inundaciones y sus autopistas quedaron incomunicadas en varios trechos con Sao Paulo y Río de Janeiro. Entre ellas: Ilhabela, Caraguatatuba, Sao Vicente, Bertioga, Itanhaém, Santos.
