El beso es una de las primeras manifestaciones del amor, y sus beneficios son inconmensurables, pero ahora la ciencia confirmó que el acto de unir las bocas como muestra de afecto, es más importante que el sexo.
Todos los 13 de abril se celebra el Día Internacional del Beso como un homenaje al beso de más larga duración que se ha registrado en la historia que tuvo lugar en Tailandia, para conmemorar el día de San Valentín.
El antiquísimo intercambio de fluidos entre seres humanos es conocido no solo por la pasión que encierra, sino por la cantidad de microorganismos que circulan de una boca a otra.
Según un estudio holandés, en un beso de 10 segundos se pueden intercambiar 80 millones de bacterias.
Esta cifra es relativamente baja comparada con el número total de bacterias que hay en la saliva de una persona y que, según los investigadores, puede llegar a unos 1.200 millones.
Sin embargo, saber que ese intercambio puede ser favorable para la salud, cambia su perspectiva y derrumba todos los tabúes.
En las sociedades occidentales en las que el beso forma parte de los convencionalismos sociales, la salud bucal y la visita al dentista es clave para anticipar un buen beso. ¡Pero esto no es todo!
El doctor Hajime Kimata, un alergólogo de la Clínica de Osaka, demostró que una sesión de besos de 30 minutos reduce las reacciones alérgicas.
El estudio del doctor japonés fue probado en 24 pacientes con eccema o rinitis, que omitieron el uso de antihistamínico o antialérgicos, sino que recibieron una sesión de besos de sus respectivas parejas.
Los resultados sanguíneos demostraron que los pacientes habían reducido los niveles de anticuerpos de inmunoglobulina E alérgeno-específica (lgE).
Adicionalmente, otro estudio regentado por científicos estadounidenses, demostraron que quién disfruta de los besos y los da con más frecuencia, puede vivir hasta cinco años más.
Ya era conocido que los besos aceleraban la frecuencia cardiaca y que estimulaba el metabolismo, además de que producían una bomba de hormonas, como la serotonina, la dopamina y la oxitocina.
De hecho, la oxitocina es conocida como «la hormona del amor» y mientras más se acumule, más capacitado se estará para dar y recibir besos.
Sin dejar a un lado, que los besucones tienen menos probabilidades de sufrir depresión e hipertensión.
Pero hay muchos más beneficios. Aunque sea difícil de creer, los besos pueden reducir las cefaleas, ya que cuando se dilatan las arterias, desaparece la constricción vascular, que es la que origina las terribles migrañas.
Y por si fuera poco, hasta se puede bajar de peso, ya que un beso de entre cuatro y ocho minutos puede ayudar a quemar de ocho a 26 calorías.
