Los cigarrillos electrónicos o “vapers” se han popularizado en todo el mundo, en algunos casos como sustitutos del tradicional cigarrillo de nicotina y en otros casos, simplemente lo usan por moda pero veamos ahora ¿son realmente perjudiciales para la salud?.
Las empresas fabricantes de los cigarrillos electrónicos han afirmado que su consumo es beneficioso para la salud pero las autoridades sanitarias de varios países alertan por los daños que conlleva su uso.
Un estudio científico en EE.UU. concluyó que la inhalación de vitamina E a través de los “vapers” provoca daños pulmonares y fue la causa de muerte de decenas de personas en ese país. Además, al no contener nicotina, estos artefactos evaden las regulaciones necesarias para suspender o controlar su uso.
Y aunque las vitaminas B12 y C, que son especialmente populares; el cardo mariano; la melatonina; el té verde y los aceites con esencias no parecieran ser perjudiciales para la salud, la inhalación en vez de su ingestión, permite una absorción más rápida al torrente sanguíneo, por lo que estos componentes pudieran actuar más rápido.
En México, por ejemplo, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador firmó este año un decreto para prohibir la distribución y venta de los vapeadores y cigarros electrónicos porque representan “un potencial daño a la salud”.
Algunos detractores de la medida, argumentan que prohibiendo los cigarrillos dejan en manos del mercado negro la distribución en lugar de permitir que algunas empresas lo importen pagando sus respectivos impuestos.
Y otra corriente señala que el consumo de cigarrillos electrónicos no sirven para dejar de fumar, sino todo lo contrario, inducen la adicción al tabaco y se puede considerar una epidemia silenciosa por el aumento exponencial de su uso.
La Organización Mundial de la Salud en su último informe publicado de 2021, reveló que los niños que vapean tienen hasta el triple de posibilidades de acabar fumando en el futuro, por lo que recomienda a los gobiernos que los regulen para impedir que el hábito de fumar vuelva a normalizarse en la sociedad y para proteger a las generaciones futuras.
Finalmente, los científicos concluyen que aún no hay suficientes estudios para determinar si el uso prolongado de los “vapers” es seguro o conlleva un riesgo pero lo alarmante sigue siendo el aumento de la cantidad de consumidores que no saben las consecuencias que a largo plazo pudieran traer su uso.