Expertos consideran que los humanos alcanzarán la inmortalidad en pocos años
o, por lo menos, los avances tecnológicos de los nanorobots nos permitirán «reparar el ADN de las personas» o mejorar trastornos.
El ex ingeniero de Google, Ray Kurzweil, aseguró que para el año 2030 la humanidad logrará ser inmortal, gracias a la creación de nanobots que podrían revertir la edad por medio de la expansión en genética, nanotecnología y robótica de los últimos años.
El portal analyticsvidhya.com recordó que en el pasado, este mismo ingeniero realizó 147 predicciones sobre el futuro, y acertó en 86% de los casos.
Kurzweil está convencido de que los nanobots tendrán la capacidad de reparar las células y los tejidos dañados que se deterioran conforme el cuerpo envejece, lo cual le permitiría a los seres humanos ser inmunes no solo al envejecimiento, sino también a enfermedades como el cáncer, y a la muerte por causas naturales.
Por otro lado, plantea que en un futuro no muy lejano se implantarán computadoras en los cerebros de los humanos humanos, las cuales mejorarán a los individuos.
Además, manifiesta que la creencia de que las máquinas se apoderarán de la humanidad está equivocada, ya que se creará una síntesis humano-máquina que ayudará a la especie a progresar en todos los ámbitos.
Por su parte, Deblina Sarkar, quien fabrica dispositivos electrónicos ultra diminutos en el Instituto de Tecnología de Massachusetts en Cambridge, explicó que trabaja paea combatir trastornos neurológicos como el Alzheimer y la enfermedad de Parkinson.
Sarkar quiere poner nanodispositivos en nuestros cerebros para detectar estos trastornos y eventualmente revertirlos. En el laboratorio, ella ya está trabajando para hacer realidad ese sueño.
Su equipo de investigación está desarrollando dispositivos para trabajar en células vivas. También están creando dispositivos informáticos “ neuromórficos ”. Estos están inspirados en el cerebro humano y el sistema nervioso.
El dispositivo más innovador de su grupo puede ser el Cell Rover. Una antena pequeña y plana, este rover puede transmitir una señal desde el interior de una celda — sin dañarla.
En un estudio el año pasado, Sarkar y sus colegas colocaron un Cell Rover en una celda de huevo de rana. Usando campos magnéticos, empujaron suavemente el dispositivo al huevo. Una vez que estuvo seguro adentro, los investigadores activaron un campo magnético diferente. Eso hizo que las moléculas en el nanodispositivo vibraran.
Esas vibraciones no lastimaron a la célula. Simplemente cambiaron el campo magnético del Cell Rover. Un receptor fuera del huevo detectó el campo magnético alterado del rover tembloroso. De esta manera, el dispositivo había podido comunicarse con el mundo exterior.
La nanotecnología abre todo un campo de posibilidades para alcanzar uno de los sueños históricos de la especie humana: la inmortalidad.