“De sangre soy albanesa. De ciudadanía, india. En lo referente a la fe, soy una monja católica. Por mi vocación, pertenezco al mundo. En lo que se refiere a mi corazón, pertenezco totalmente al Corazón de Jesús”, solía decir Santa Teresa de Calcuta.
Agnes Gonscha Bouaxhiu, más conocida como Madre Teresa, nació el 26 de agosto de 1910, en la ciudad de Skopje en Yugoslavia. Fue la menor de tres hermanos quienes sufrieron la muerte de su padre cuando Agnes tenía solo 8 años de edad.
Agnes y su hermana participaban en las labores de la parroquia, y en sus horas libres siempre estaba en la biblioteca de la ‘’Iglesia del Sagrado Corazón’’. Desde pequeña tuvo una profunda formación religiosa en la parroquia Sagrado Corazón, la cual estaba a cargo de los jesuitas.
Así fue como con tan sólo 12 años sintió el deseo de convertirse en monja y tras la consulta con su madre, esta le aconsejó que se tomara el tiempo necesario antes de decidirse. Así fue como Agnes pasó largas horas rezando en la iglesia junto a su madre en busca de una respuesta. A los 18 años ingresó al Instituto de la Bienaventurada Virgen María, conocido como las Hermanas de Loreto, en Irlanda.
En 1931, con la mayoría de edad, tomó el nombre de Hermana María Teresa en honor a Santa Teresa de Lisieux, una monja francesa canonizada en 1927. Ese mismo año realizó sus primeros votos y fue enviada a la comunidad de Loreto Entally, en Calcuta, como profesora del colegio para niñas, St. Mary.
Luego, en mayo de 1937, la Madre Teresa decidió finalmente tomar los votos perpetuos, convirtiéndose en ‘’esposa de Jesús para toda la eternidad’’. Sin ninguna duda, desde ese momento fue llamada por los demás como ‘’Madre Teresa’’.
Durante 20 años estuvo enseñando en el colegio, incluso llegó a ser directora de la institución. En ese tiempo se caracterizó por su profunda piedad, su amor hacia sus hermanas religiosas y sus alumnas. También fue una gran administradora y trabajadora.
La llamada de Jesús
El 10 de septiembre de 1946, mientras viajaba por Darjeeling para su retiro anual, la Madre Teresa recibió lo que ella denominó la ‘’inspiración’’ o la ‘’llamada dentro de la llamada’’. En las siguientes semanas, Jesús le reveló su deseo de encontrar víctimas de amor, ‘’ven y sé mi luz. No puedo ir solo’’ le dijo en sus llamados.
Así fue como el 17 de agosto de 1948, la valiente Madre Teresa pide al Papa Pio XII un permiso para dejar sus funciones como monja y empezar a compartir su vida en las calles de Calcuta con los más pobres, los enfermos y los hambrientos. Cada día recibía la Eucaristía y salía de su casa con un rosario en sus manos.
Cristo le pidió que fundara una congregación religiosa, que luego se convertiría en las Misioneras de la Caridad, dedicada al servicio de los más pobres. Luego de un tiempo, en 1950 se estableció oficialmente la Congregación de las Misioneras de la Caridad, la cual debía expandir la orden religiosa a otros países.
La Madre Teresa envió a sus hermanas a otros lugares de la India y abrió otras casas en Venezuela, Roma, Tanzania e incluso en casi todos los países que en ese entonces formaban parte de la Unión Soviética. El proyecto se llevó a cabo y se comenzó a tratar a leprosos, ancianos, ciegos y personas que padecían de SIDA. Luego, se fundaron escuelas y orfanatos para los niños pobres o abandonados.
También fundó a los Hermanos Misioneros de la Caridad, los Hermanos Contemplativos, los Padres Misioneros de la Caridad, a los Colaboradores de Madre Teresa y a los Colaboradores Enfermos y Sufrientes. A raíz de esto surgió la congregación de Misioneros de la Caridad Laicos y el Movimiento Sacerdotal Corpus Christi.
En 1979 se le otorgó el Premio Nobel de la Paz y desde entonces los medios de comunicación siguieron atentamente sus obras, que daban testimonio de la alegría de amar y de la grandeza y dignidad de cada persona.
La Madre Teresa falleció el 5 de septiembre de 1997 a los 87 años de edad a causa de un paro cardíaco, luego de amanecer con fuertes dolores de espalda y problemas respiratorios. El gobierno indio le concedió un funeral de Estado y, como parte de este, su féretro fue trasladado por gran parte de la ciudad en el mismo carruaje en el que fueron llevados los restos de Mahatma Gandhi y Jawaharlal Nehru.
Durante la Misa de Beatificación, el 19 de octubre del 2003, San Juan Pablo II dijo de ella: “Veneremos a esta pequeña mujer enamorada de Dios, humilde mensajera del Evangelio e infatigable bienhechora de la humanidad. Honremos en ella a una de las personalidades más relevantes de nuestra época. Acojamos su mensaje y sigamos su ejemplo”.
Fue canonizada el 4 de septiembre de 2016 por el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, evento al cual asistieron más de 100 mil personas provenientes de todas partes del mundo. En el balcón principal del templo se colgó el retrato oficial de la religiosa para la canonización, el cual se tituló: ‘’Santa Teresa de Calcuta: Portadora del Amor de Dios", pintado por el artista estadounidense Chas Fagan, por encargo de los Caballeros de Colón.
El Papa expresó su deseo de que “esta incansable trabajadora de la misericordia nos ayude a comprender cada vez más que nuestro único criterio de acción es el amor gratuito, libre de toda ideología y de todo vínculo y derramado sobre todos sin distinción de lengua, cultura, raza o religión”.