2022 no fue un buen año para Elon Musk. Las acciones de Tesla se han desplomado y la compañía no ha anunciado nuevos modelos, por lo que la burbuja del magnate podría estar a punto de romperse.
Las últimas semanas del año, el valor de las acciones del fabricante de vehículos eléctricos han sufrido una baja quizás irreparable de casi 70%. La capitalización bursátil de Tesla se desplomó hasta los 372.000 millones de dólares, muy por debajo de Walmart y JP Morgan Chase.
El motivo de este descenso inesperado es un informe sobre un plan de la compañía multimillonaria, para detener la producción -temporalmente- en su planta de Shanghái, China.
En este sentido, la valoración de la empresa se basa en sus perspectivas de crecimiento futuro, por lo que el informe sobre la paralización temporal en la fábrica y la reducción de la producción, alertó a los inversores.
En el presente, la empresa del magnate tiene un valor de mercado de aproximadamente unos 400.000 millones de dólares, mientras que sus competencias, General Motors y Ford Motors, registran números de 49.000 millones y 45.000 millones de dólares respectivamente.
Para Nicholas Colas, analista en DataTrak Research, los inversores abrieron los ojos y cerraron sus billeteras al notar que Tesla ‘’ahora es oficialmente una compañía de automóviles’’, lo que podría suponer que en pocos meses, la acción tendría un costo de 30 dólares, frente a los 120 dólares actuales.
Si bien la compañía es considerada tecnológica por liderar el sector de los vehículos autónomos, poco a poco el mercado la considera como un ‘’fabricante de coches convencionales’’, lo que no es positivo para sus acciones.
