Un quirúrgico gol de tiro libre de Kevin de Bruyne, resolvió los problemas del Manchester City en Leicester -donde acudió sin Erling Haaland, quien está lesionado- y del que salió con el liderato de la Premier bajo el brazo, por ahora.
El equipo de Pep Guardiola ganó el compromiso, aunque sin brillo, y mostrando que le cuesta más de lo esperado controlar los partidos.
El City, apabullante dominador en el primer acto, se estrelló constantemente contra el muro levantado por los "foxes" al borde de su área.
En esa primera mitad, mantuvo casi todo el tiempo el balón en campo contrario, pero apenas concluyó jugadas, acumuló saques de esquina sin éxito e, incluso, pudo verse sorprendido a la contra, con un disparo de Harry Barnes, que obligó a intervenir al brasileño Ederson, por primera vez en el minuto 23.
El Leicester, que reforzado por su racha de tres encuentros imbatido confió en desesperar a su rival, cometió un único error; una falta al borde del área al comienzo del segundo tiempo.
Un regalo para De Bruyne, que lo convirtió en una obra de arte, un balón perfecto a la escuadra, donde no pudo llegar Ward (en el minuto 48).
Aunque el City se montó en la cima de la tabla, esto podría cambiar, porque el equipo tiene un solo punto de ventaja sobre el Arsenal, que hoy se enfrenta al Nottingham Forest, el colista.
