Este miércoles 8 de marzo, miles de manifestantes salieron a la calle para exigir la revocación de la ley de agentes extranjeros, aprobada hace dos días en el Parlamento georgiano.
Los manifestantes intentaron derribar la puerta principal del Parlamento para ingresar al edificio y destruir las instalaciones del lugar por lo que los funcionarios policiales utilizaron cañones de agua, gases lacrimógenos, balas de goma y granadas aturdidoras para poder controlar a la enfurecida multitud.
Por esto, los manifestantes no pudieron ingresar al edificio y movieron su protesta a las principales calles de la capital, tomaron bancos y construyeron sus propias barricadas en ellos.
“Las autoridades no hablan con nosotros y somos más de 100.000 personas aquí», afirmó Gueorgui Vashadze, un diputado opositor presente en la protesta.
Los líderes de la protesta, indicaron que no permitirán la celebración de la sesión de la cámara que se efectuará en la mañana del jueves y se mantendrán en las calles hasta que el gobierno cumpla con las exigencias.
Vashadze, declaró que, si las autoridades quieren evitar una manifestación aún más grande, deben retirar este proyecto ley así como liberar a todos los manifestantes que fueron privados de su libertad en la concentración de ayer.
El presidente del partido Sueño Georgiano, Irakli Kobijadze, declaró que este proyecto fue enviado a la Comisión de Venecia y que se comenzará a discutir solamente después de conocerse un veredicto. Por su parte el presidente del Parlamento Shalva Papuashvil, aseguró que la respuesta de la Comisión podría tardar tres meses.
La presidenta georgiana Salomé Zurabishvili, quien se encuentra en Estados Unidos, hizo una declaración en apoyo a los manifestantes “Me dirijo a vosotros, que os encontráis en la Avenida Rustaveli. Hoy me encuentro en Nueva York y ante mí está la Estatua de la Libertad. Ella es símbolo por lo que siempre luchó Georgia. Estoy con vosotros, ya que hoy vosotros representáis a una Georgia libre».