La Cruz Roja Italiana alertó el miércoles de las condiciones humanitarias en la isla siciliana de Lampedusa después de que más de 5.000 personas llegaran en más de 100 embarcaciones distintas en un sólo día, mientras los contrabandistas en el norte de África aprovechaban las aguas tranquilas para zarpar.
Al menos un bebé murió cerca de la costa cuando naufragó una embarcación, según la radio estatal.
Docenas de recién llegados se hacinaban en los muelles del puerto de Lampedusa, mientras otros se guarnecían a la sombra de una zona de acampada cercana. El único centro de recepción de migrantes, que tiene una capacidad para unas 400 personas, estaba desbordado con más de 6.000.
“Hace días había más de 4.000 personas y estamos hablando de un récord, hoy estamos hablando de un récord de desembarcos”, dijo el director nacional de Cruz Roja, Rosario Valastro, en redes sociales. No se trata de competir entre récords, señaló, sino de buscar soluciones a una emergencia.
Cruz Roja instó al gobierno italiano a trasladar con rapidez a los migrantes al territorio continental italiano y dijo que su personal había logrado mantener la situación bajo control, pero que el desembarco de más de 100 botes les estaba llevando al límite.
El personal médico se centraba en los más frágiles, pero la organización dijo que mantener condiciones humanitarias adecuadas dependía de mantener las cifras bajo un umbral crítico.
Un bebé de cinco meses se ahogó en el naufragio de un barco cerca de Lampedusa la madrugada del miércoles, según la radio estatal RAI. Los otros 46 pasajeros del barco, incluida la madre del bebé, fueron rescatados por un barco cercano de la Guardia Costera italiana.
La exalcaldesa de Lampedusa, Giusi Nicolini, que ha defendido los derechos de los migrantes durante años, dijo que había llegado tanta gente que parecía imposible incluso contarlos. En una publicación en redes sociales dio las gracias a los huéspedes y propietarios de un centro de acampada cercano por ofrecer agua y otras formas de ayuda a un grupo que se había guarnecido a la sombra junto a la carretera.
Pese a las promesas del gobierno conservador italiano de que reduciría las llegadas de migrantes y a los acuerdos de la Unión Europea con Túnez para frenar el flujo, el número de personas desesperadas que emprenden la peligrosa travesía mediterránea sigue subiendo. El verano es a menudo la época de mayor actividad de los contrabandistas, que aprovechan que el mar suele estar menos agitado.
En lo que va de año han llegado más de 115.000 personas por mar, casi el doble de las 63.000 en el mismo periodo del año pasado o las 41.000 de 2021, según estadísticas del Ministerio del Interior.
Las nacionalidades más frecuentes de los migrantes este año eran la guineana, la marfileña y la tunecina.
Fuente: AP