Este viernes más de 120.000 fieles musulmanes acudieron a la mezquita de Al Aqsa de Jerusalén para participar en el último día del Ramadán.
El departamento de dotaciones en Jerusalén contabilizó 120.000 asistentes al cuarto y último viernes de Ramadán pese a las estrictas medidas de seguridad impuestas a la ciudad ocupada de Jerusalén.
Este año bajo el argumento del conflicto en Gaza, Israel ha impuesto más restricciones a la entrada de palestinos de Cisjordania para acudir a la Explanada los viernes de Ramadán.
De hecho, al culminar la oración la policía dispersó a los fieles del recinto en el que fueron detenidas tres personas por increpar a los agentes de policía y otros dos por regresar a la mezquita después de haber sido sacado.
En la mañana la policía informó que había arrestado a ocho palestinos por entonar cánticos que fueron considerados como «incitación y apoyo al terrorismo». Este es el primer incidente entre las fuerzas israelíes y los fieles en el recinto durante este Ramadán.
Se espera que la presencia policial sea reforzada cuando los musulmanes conmemoren la Laylat al Qadr, la noche más sagrada del año en el islam en el cuarto viernes de Ramadán.
La mezquita de Al-Aqsa es parte del complejo religioso de la Explanada de las Mezquitas de la ciudad santa de Jerusalén y un símbolo nacional para la causa palestina. Según la tradición musulmana, Mahoma dirigía las plegarias orientándolas hacia el lugar en el que se encuentra la Mezquita de Al-Aqsa.
Los musulmanes celebran el Ramadán como el mes en el que el profeta Mahoma recibió la primera de las revelaciones que componen el Corán, texto sagrado del islam.