Este lunes, comenzó la huelga indefinida de los médicos en centros de atención 24 horas de la Comunidad de Madrid, para denunciar el caos y la sobrecarga asistencial que ha supuesto la reapertura de los centros sanitarios 24 horas. La medida fue anunciada la semana pasada.
La Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (AMYTS), recordó que el pasado 27 de octubre, las autoridades madrileñas informaron la reactivación de ochenta Puntos de Atención Continuada (PAC), Servicios de Atención Rural (SAR), o centros sanitarios 24 horas, que estuvieron cerradas mientras duró la emergencia de la Covid-19.
Sin embargo no hubo más contrataciones de personal, por lo que la carga horaria para los médicos que trabajan en emergencias, se incrementó repentinamente, lo que representó un gran problema para los empleados de la salud.
El AMYTS destaca que su prioridad es garantizar la calidad y seguridad de la asistencia de carácter urgente extrahospitalario de la población de la Comunidad de Madrid, así como promover mejores espacios de los especialistas, enfermeros y personal médico.
“Lamentamos que se haya llegado a esta situación crítica que venimos advirtiendo desde hace tiempo, cuando la Consejería de Sanidad nos planteó cómo querían reabrir los centros sanitarios 24 horas” dijo la secretaria general de esta asociación, Ángela Hernández.
A juicio de la gremialista, con el personal actual no se puede cubrir y mantener todos los centros hospitalarios de manera simultánea.
Centros hospitalarios sin personal
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, reconoció que de todos los 80 PAC que están operativos, sólo el 57% de ellos tenían equipos completos, compuestos por médico, enfermero, entre otros.
Sin embargo, el personal que está laborando en el PAC denuncian la falta de personal, material de limpieza e insumos médicos, además de condiciones laborales en la que se le vulneran horarios y guardias rotativas en distintos puntos de la ciudad.
Esto ha generado en el personal de la salud múltiples casos de estrés y ansiedad, así como una sobrecarga al no contar con los equipos de trabajo completo, para brindar una óptima atención médica.
“Las consecuencias de este plan ya las estamos viviendo desde los primeros días, con la renuncia de más de 20 facultativos”, denunció AMYTS.