Un menor de edad perdió la vida y ocho migrantes adultos resultaron heridos en Sonora, al noroeste de México. Sicarios abrieron fuego contra el vehículo en el que eran transportados hacia la frontera con Estados Unidos. La Fiscalía General de Justicia del Estado informó el suceso.
El incidente ocurrió en la madrugada del domingo en Sáric, un municipio desértico de Sonora, a solo 54 kilómetros de la frontera con Estados Unidos. Los pobladores alertaron a las autoridades a través del número de emergencias 911, reportando el violento ataque.
Balance de heridos: cinco hombres y tres mujeres
La Fiscalía de Sonora detalló en un informe preliminar que hallaron una van calcinada y baleada en Tubutama, otra localidad cercana. «Un menor de edad falleció y ocho personas resultaron heridas, cinco hombres y tres mujeres», precisó el comunicado oficial.
Las personas lesionadas fueron trasladadas de inmediato a un hospital. Mientras tanto, las autoridades iniciaron una búsqueda para capturar a los responsables del ataque.
Creciente violencia en la frontera
Imágenes difundidas en redes sociales mostraron el vehículo carbonizado siendo retirado por una grúa. Este ataque se suma a la ola de violencia que ha golpeado las carreteras de esta región fronteriza en los últimos meses. La disputa entre bandas criminales por el control de rutas para el tráfico ilegal de personas parece ser el principal motivo detrás de estos hechos.
El peligroso camino de los migrantes
Los ataques a vehículos que transportan migrantes son comunes en esta zona del desierto de Sonora, que limita con Arizona, Estados Unidos. Las bandas criminales compiten ferozmente por el control de este lucrativo negocio, atacando sin piedad a quienes se cruzan en su camino.
Ruta de migración sin vigilancia
Los traficantes de personas, conocidos como ‘polleros’, suelen recoger a los migrantes en Altar, un municipio cercano a la carretera Federal México 2. Desde ahí, emprenden un peligroso viaje por la ruta que conecta Sáric con Tubutama.
Esta ruta es preferida por los criminales debido a la falta de vigilancia y la permisividad de las autoridades en México. Al cruzar hacia Arizona, la difícil geografía del desierto complica la labor de las agencias de seguridad estadounidenses, lo que facilita el paso de los migrantes.
La violencia en esta región es una señal clara de la creciente inseguridad que enfrentan quienes buscan un futuro mejor en Estados Unidos, exponiéndose a peligros mortales en su travesía por la frontera norte de México.
Con información de DW