Economistas del Fondo Monetario Internacional realizaron un estudio titulado ‘Efectos colaterales regionales de la crisis venezolana’, en el que describieron las consecuencias de la migración venezolana en países de América Latina, las cuales sorpresivamente no fueron tan negativas como algunos esperaban.
Si se realiza una búsqueda exhaustiva en internet sobre la ‘’crisis migratoria venezolana’’, aparecerán miles de imágenes que reflejan largas filas de venezolanos llevando en sus hombros bolsos tricolores, mientras aguardan con sus documentos de identidad para cruzar una frontera.
Una situación desgarradora consecuencia de la crisis económica que enfrentó el país entre 2013 y 2021, a causa de la caída del Producto Interno Bruto (PIB) en más del 75%, lo que provocó la salida apresurada de hasta la fecha, más de siete millones de personas, especialmente con dirección a otros países de América Latina.
Esta llegada inesperada de millones de venezolanos tuvo un impacto vital en los países receptores, los cuales tuvieron que brindar atención inmediata -comida, hogar, medicinas, educación- a los nuevos miembros que trataban de integrarse al país.
En el caso de Colombia, el país ha recibido unos 2,5 millones de venezolanos, a los cuales han tenido que brindar una ayuda de aproximadamente 600 dólares por migrante, lo que significa un gasto de 1.300 millones de dólares de 2019 a 2022, un equivalente al 0,5% del PIB colombiano.
Sin embargo, a largo plazo, este gasto podría significar algo grande para el país receptor, ya que podría generar un crecimiento del PIB de hasta 4,5% para el 2030.
Gasto = Aporte
De acuerdo con el estudio, el gasto para ayudar a los migrantes venezolanos va entre el 0,1% y el 0,5% del PIB, dependiendo del país receptor. Se prevé que entre 2020 y 2025, el gasto se mantenga en 0,4% en el caso de Colombia, en 0,25% para Ecuador y Perú y en 0,1% para Chile.
El autor principal del estudio, Jaime Guajardo, señaló que, de igual manera, es complicado evaluar la contribución de la migración venezolana al PIB de los países correspondientes hasta los momentos, debido a que los cambios en la economía podrían tomar tiempo para ser registrados. Además, la disponibilidad de datos recientes sobre el nivel de empleo o el tipo de empleo de los migrantes, sufría de limitaciones a causa de la pandemia que azotó al mundo por dos años continuos.
Sin embargo, en el estudio se realizaron estimaciones sobre los posibles aumentos del PIB en los países entre 2016 y 2030, tomando en cuenta dos escenarios distintos: uno sin inmigrantes y otro con ellos.
Para calcular las estimaciones de un escenario con migrantes, asumieron que, a la llegada, los venezolanos encontrarían un empleo no calificado en la economía informal y que con el paso de los años, un pequeño porcentaje se sumaría al sector formal con empleos y sueldos acordes al capital humano que podrían tener, por lo que aumentaría la economía del país.
"Bajo estas estimaciones, el PIB de Colombia, Chile, Ecuador, y Perú -países que han recibido el 69% de los migrantes venezolanos- habría aumentado entre 1,5% y 2,5% relativo a un escenario sin migración entre 2016 y 2022. Y se espera que aumente entre 2,5% y 4,5% para 2030", dijo Guajardo.
De acuerdo al análisis, el país con mayor impacto en el crecimiento del PIB gracias a la migración venezolana, sería Perú, que para 2030 crecería 4,4%, seguido de Colombia con 3,7% y finalizando con Uruguay con 0,6%.
Guajardo comentó que el impacto en el PIB es mayor en los países que han recibido los mayores flujos migratorios en edad de trabajar, y donde los migrantes son más calificados en relación con la población local.
"Dada su proximidad a Venezuela, Colombia ha recibido una mayor proporción de migrantes que no están en edad de trabajar (niños o adultos mayores) y una mayor proporción de migrantes con menos años de educación, muchos de los cuales no pueden costear el transporte a países más lejanos en la región. Esto explica por qué el impacto en el PIB de Colombia es menor que el impacto en el PIB de Perú, pese a que Colombia ha recibido mayores flujos migratorios relativos a su población", explicó.
Las proyecciones del estudio expuestas hasta el 2030 inician con la suposición de que la migración venezolana continuará expandiéndose hasta alcanzar los 8,4 millones de personas en 2025, lo que equivale a más del 25% de la población que vivía en el país caribeño en 2015.