Una inusual tormenta de final del verano convirtió el festival contracultural Burning Man en un lío en el que decenas de miles de personas terminaron varadas por el lodo y sin retretes funcionales en el desierto de Nevada. Pero algunos de ellos dijeron el domingo que seguían de buen ánimo.
Los organizadores cerraron el paso a vehículos después de que se reportó un fallecimiento. Las autoridades no dieron a conocer detalles sobre esa muerte.
El encuentro anual de una semana de duración en el desierto de Black Rock, ubicado a unos 177 kilómetros (110 millas) al norte de Reno, atrae a casi 80.000 artistas, músicos y activistas para una mezcla de campamentos en la naturaleza y presentaciones artísticas.
Las interrupciones forman parte de la historia reciente del evento: los organizadores tuvieron que suspender temporalmente las entradas en 2018 debido a tormentas de arena, y fue cancelado por completo dos veces durante la pandemia de covid-19.
“Estamos un poco sucios y lodosos, pero tenemos alto el ánimo. La fiesta sigue”, dijo Scott London, un fotógrafo del sur de California que agregó que las limitaciones de viaje ofrecieron “una perspectiva del Burning Man que muchos de nosotros no tenemos oportunidad de ver”.
Alrededor de 1,3 centímetros (media pulgada) de lluvia y posiblemente cerca de 2,5 centímetros (1 pulgada) cayeron este fin de semana en partes del noroeste de Nevada, que incluye la zona donde se celebraba el festival Burning Man, señaló Mark Deutschendorf, meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional en Reno.
Para la zona metropolitana de Reno, que está a unos 227 kilómetros (141 millas) al sur del festival, la precipitación media para todo el mes de septiembre sería de 0,53 centímetros (0,21 pulgadas), indicó Deutschendorf.
Los cierres de los caminos se realizaron poco antes de la hora en que se suponía que una efigie de madera de gran tamaño sería quemada el sábado por la noche. Los organizadores dijeron que todas las quemas habían sido postergadas, y las autoridades trabajaban para abrir rutas de salida para cuando concluyera el fin de semana largo por el Día del Trabajo en Estados Unidos.
Funcionarios indicaron el sábado por la noche que aún desconocían cuándo estarían los caminos “lo suficientemente secos para que las casas rodantes o los vehículos puedan usarlos con seguridad”, pero estaban esperanzados de que podrían partir para el lunes por la noche si las condiciones meteorológicas mejoran.
El presidente Joe Biden les dijo a los reporteros en Delaware el domingo que estaba al tanto de la situación, incluido el fallecimiento, y que la Casa Blanca estaba en contacto con funcionarios locales. El mandatario indicó que desconoce la causa de la muerte.
Debido a que la fiesta fue cerrada al tránsito motorizado, los asistentes tuvieron que avanzar trabajosamente por el lodo, muchos de ellos descalzos o con bolsas de plástico para protegerse los pies. Se alentó a los presentes a cuidar sus existencias de alimentos y agua, y la mayoría permaneció en donde se encontraba.
Sin embargo, algunos lograron caminar varios kilómetros hasta el poblado más cercano y allí consiguieron transporte.
El famoso DJ Diplo publicó un video en Instagram el sábado por la noche que lo muestra a él y al comediante Chris Rock viajando en la parte trasera de la camioneta de un admirador. Dijo que habían caminado casi 10 kilómetros (6 millas) a través del barro antes de conseguir quién los llevara.
“De verdad caminé al lado de la carretera durante horas con el pulgar alzado”, escribió Diplo, cuyo verdadero nombre es Thomas Wesley Pentz.
El evento se lleva a cabo en un sitio remoto y enfatiza la autosuficiencia, lo que significa que la mayoría de las personas traen su propia comida, agua y otros suministros.
Los que se quedaron el domingo describieron que la comunidad resistía y trataba de verle el lado positivo a las condiciones lodosas: muchos publicaron selfies en las que se les veía cubiertos de lodo, bailando o chapoteando en los lagos improvisados.
“No hemos visto nada de negatividad, ningún momento difícil”, dijo la organizadora Theresa Galeani. “Se suponía que algunas personas se irían hace algunos días, así que ya no tenían agua ni comida. Pero yo soy una organizadora, por lo que me di una vuelta y hallé más agua y alimentos. Hay más que suficiente aquí para la gente. Sólo tenemos que hacer que les llegue a todos”.