La investigadora de Amnistía Internacional sobre crímenes de guerra y violaciones de derechos humanos en conflictos y crisis, Donatella Rovera, denunció que la Guerra en Ucrania afecta especialmente a las personas mayores y, en concreto, a las mujeres mayores, que han perdido sus redes de apoyo y en muchos casos se encuentran “atrapadas en áreas bajo bombardeos”.
Cabe destacar que la especialista ha dedicado más de veinte años a investigar violaciones de derechos humanos en lugares como Libia, Yemen, Irak, Siria, Somalia, República Centroafricana, Nigeria, y más recientemente en Ucrania.
De hecho, durante 2022, Rovera pasó más de cuatro meses en Ucrania indagando, entre otros crímenes, ejecuciones extrajudiciales, secuestros, torturas o bombardeos a edificios residenciales en áreas como el Donbás, Mykolaiv, Bucha, Borodyanka o Járkov, pero también en pueblos y ciudades menos conocidos internacionalmente.
“Ucrania es uno de los países que tiene uno de los porcentajes más altos de personas mayores en el mundo -la cuarta parte de la población-. Y la mayoría, que están atrapadas en áreas bajo bombardeos, se encuentran en situación de mayor peligro, no solo por las armas, sino porque han perdido la red de apoyo que tenían antes”, explicó al portal Efeminista.
Comentó además que en Ucrania los hombres en edad para el servicio militar no pueden abandonar el país por lo que el desplazamiento por violencia recae principalmente en mujeres y menores. “Ahora, en el mejor de los casos, son refugiados en Europa y otros países”, dijo.
La investigadora reflexionó sobre el papel de las mujeres en la guerra: quienes toman las decisiones de comenzar, poner fin y cómo comportarse durante la guerra son, en su inmensa mayoría, hombres.
“Mientras las mujeres estén ausentes o sub representadas en la toma de decisiones sobre la guerra no veremos la paz”, sentenció.
Rovera destacó que es absolutamente crucial que la violencia contra las mujeres en situaciones de conflicto armado sea investigada y documentada porque sin esto es imposible pasar a la siguiente etapa.
Luego, que haya suficiente compromiso con la justicia por parte de la comunidad internacional en las negociaciones – ya sea sobre la compra y venta de armas, políticas, económicas o de levantamiento de sanciones-.
“Esto no puede separarse de las violaciones de los derechos humanos contra la población civil, en general, y la violencia contra las mujeres y las niñas, en particular. Tiene que haber rendición de cuentas y justicia”.
