Milan Kundera, el renombrado escritor checo, falleció a la edad de 94 años. Considerado el autor checo más popular desde Franz Kafka, Kundera tuvo una relación complicada con su país natal, llegando al punto de escribir en francés y negarse a revisar las traducciones al checo de sus obras.
Nacido en Brno, Checoslovaquia, en 1929, en el seno de una familia intelectual, Kundera fue fuertemente influenciado por la música debido a que su padre, Ludvík, era un reconocido pianista. En Praga, se formó como guionista y más tarde impartió clases de Literatura Mundial y Estructura de la Novela en la Facultad de Cine y Televisión.
Kundera se dio a conocer en la década de 1960 como dramaturgo con obras como «El dueño de las llaves» y «Bobada», pero fue en la novela donde alcanzó la consagración, destacándose con obras como «La broma» y «El libro de los amores ridículos». Desde sus primeras novelas, Kundera se caracterizó por su humor, ironía y su reflexión sobre temas como la memoria, el paso del tiempo, el exilio y la frágil condición humana.
En su ensayo «El arte de la novela», Kundera expresó su admiración por Miguel de Cervantes, a quien consideraba no solo el creador de la novela con su obra «Don Quijote», sino también un precursor de la modernidad. La influencia de Cervantes, con su humor y su arte narrativo, fue decisiva en la obra de Kundera.
Durante el período de apertura conocido como la «Primavera de Praga» en 1968, Kundera se posicionó como uno de los representantes de la oposición cultural al régimen comunista, lo que le llevó a ser expulsado del Partido Comunista y se le prohibió publicar. La sátira política del estalinismo que retrató en «La broma» le valió el reconocimiento con el Premio de la Unión de Escritores Checos, pero con la restauración de un gobierno afín a la URSS, se le vetó como escritor.
En 1975, Kundera se exilió en Francia, donde publicó sus obras más conocidas en checo a través de una editorial en Toronto, como «El libro de la risa y el olvido», «La insoportable levedad del ser» y «La inmortalidad». «La insoportable levedad del ser», una novela que ha dejado una huella en varias generaciones con sus reflexiones sobre el amor y el eterno retorno, fue su mayor éxito comercial, aunque solo se publicó en la República Checa en 2006.
El régimen comunista checoslovaco le retiró la ciudadanía en 1979, y obtuvo la nacionalidad francesa en 1981. Sin embargo, en 2019, Kundera aceptó nuevamente un pasaporte checo y las autoridades checas le pidieron disculpas por el trato que recibió durante la dictadura comunista.
A lo largo de los años 80, Kundera recibió numerosos premios, como el Médicis a la mejor novela extranjera publicada en Francia, el Commonwealth de Estados Unidos, el Europa y el Jerusalén, además de ser considerado varias veces para el Premio Nobel.
Después de la transición democrática en Checoslovaquia, Kundera publicó «La inmortalidad» en 1993 en su país natal, lo que significó un reencuentro literario amistoso con su nación, aunque efímero.
En 2008, el Instituto checo para el Estudio de los Regímenes Totalitarios acusó a Kundera de haber delatado a un espía en 1950, lo que resultó en una condena de 14 años de prisión para el espía. El escritor rompió su silencio para responder a estas acusaciones, calificándolas de «puras mentiras» en un comunicado.
