El último usuario de un ‘pulmón de hierro’ en el mundo, Paul Alexander, falleció a los 78 años después de una vida marcada por la polio que contrajo en su infancia, según informó El Tiempo de Bogotá.
Conocido como ‘Polio Paul’, Alexander fue una inspiración para muchos debido a su determinación y logros a pesar de su condición. Después de sobrevivir a la polio a los seis años en 1952, fue sometido a una traqueotomía para facilitar su respiración, y posteriormente se le colocó un pulmón de acero.
A pesar de las limitaciones físicas impuestas por su enfermedad, Alexander perseveró en su educación y carrera profesional. Asistió brevemente a la Universidad Metodista del Sur, yendo a clases en su silla de ruedas y aprendiendo a «respirar como una rana». Más tarde, obtuvo un doctorado en derecho en la Universidad de Texas en Austin en 1984.
A lo largo de su vida, Alexander dependió cada vez más de su máquina para respirar y su movilidad se vio afectada. Sin embargo, eso no lo detuvo en su determinación por llevar una vida plena. En 2020, publicó un libro sobre su vida, un proyecto que le llevó cinco años completar, redactando cada palabra con un bolígrafo en su boca.
«Quiero lograr las cosas que me dijeron que no podría lograr y alcanzar los sueños que tengo», dijo Alexander en un video, reflejando su espíritu de superación.
A lo largo de su vida, Alexander experimentó el amor y estuvo cerca de comprometerse con una mujer llamada Claire, aunque su relación fue desaprobada por la madre de ella. Más tarde conoció a Kathy Gaines, quien cuidó de él durante muchos años.