Según informó el diario The Telegraph, los libros del clásico autor Roald Dahl publicados por la división de literatura infantil y juvenil de Penguin Books, eliminaron palabras como “gordo”, “enano”, “loco” o “bruja”, luego de que Netflix compró los derechos de todas las obras del escritor inglés.
La plataforma de streaming estableció una compañía aparte -Roald Dahl Story Company- solo para impulsar algunas de sus obras clásicas: Charlie y la Fábrica de Chocolate, James y el melocotón gigante y Matilda, entre otras.
La idea es “expurgar” las obras del emblemático autor para prevenir futuros escándalos y pérdidas de ganancias, en adaptaciones de las obras del escritor para la plataforma.
No es un dato menor que ya en 2020, la Roald Dahl Story Company tuvo que emitir un comunicado de disculpas ante señalamientos de racismo, misoginia e incluso antisemitismo que surgieron en torno a la obra del escritor.
La palabra “gordo» o «gorda» fue sustituida por “enorme” y los Oompa-Loompas (que se caracterizan por su baja estatura) ya no serán “minúsculos”, sino simplemente “pequeño”.
Otra modificación relevante es la neutralización del género, de modo que, por ejemplo, los “Hombres-Nube” de James y el durazno gigante son ahora “Personas de las Nubes”.
Las palabras “loco” y “loca” también fueron totalmente borradas de todos los relatos del autor. Ya se había hecho noticia cuando revisaron el popular libro Matilda (llevado en dos ocasiones a la pantalla grande) y ahora con Charlie y la Fábrica de Chocolate.
Para algunos analistas hay casos con un ánimo justificativo que entorpece la lectura. Por ejemplo, en Las brujas, después de un párrafo en el que se dice que las brujas usan pelucas se añadió este párrafo: “Hay muchas otras razones por las que las mujeres pueden llevar peluca y, desde luego, no hay nada malo en ello”.
Hay que recordar que con la aparición de internet y las comunidades digitales recientes se ha difundido la mentalidad “woke”, término en inglés que se puede traducir simplemente como “despierto” y que en este caso alude a una suerte de “conciencia despierta”, esto es, una perspectiva sobre la realidad más aguda, más informada y más sensible a determinados aspectos.