Un niño de 8 años murió en Lehi, Utah, Estados Unidos, tras dispararse accidentalmente en la cabeza con el arma de su madre. El incidente ocurrió en el estacionamiento de una gasolinera, mientras el menor estaba solo en el vehículo. El arma se encontraba guardada debajo del asiento del coche.
La Policía de Lehi informó que el niño falleció en el hospital un día después del accidente con el arma. Los agentes recibieron una llamada de emergencia el lunes a las 19:39 horas (hora local).
Un testigo de la escena relató que la madre salió de la gasolinera gritando: «Se disparó, se disparó». Según su versión, el menor encontró el arma bajo el asiento y apretó el gatillo, causando el disparo.
Consecuencias fatales del acceso del niño al arma
El disparo fue «involuntario y autoinfligido», confirmó la Policía. Tras el incidente, el menor fue trasladado en helicóptero al Hospital Infantil Primario de Salt Lake, donde falleció horas después. Las autoridades continúan investigando las circunstancias, pero consideran que fue un accidente trágico.
El impacto de la violencia armada
Según la organización Gun Violence Archive, en lo que va del año han muerto 11.515 personas en Estados Unidos por armas de fuego. De ellas, 166 eran niños menores de 11 años.
El cirujano general de EEUU, Vivek Murthy, advirtió que la tasa de mortalidad por armas de fuego en jóvenes estadounidenses es alarmantemente alta. Es casi seis veces superior a la de Canadá y 73 veces mayor que la del Reino Unido.
Principal causa de muerte infantil
En 2020, las muertes por armas de fuego superaron a los accidentes de tráfico como la principal causa de fallecimiento en niños y adolescentes en Estados Unidos. Este tipo de tragedias sigue poniendo en debate la necesidad de medidas más estrictas para el control de armas.
Con información de Crónica
