Tras la ola de protestas suscitadas en Perú, desde el mes de diciembre, miles de peruanos de diversos puntos del país se han congregado en la capital y en los alrededores del Aeropuerto Internacional Alfredo Rodríguez Ballón se vivieron momentos dramáticos.
Nuevamente en esta jornada, la violencia se hizo presente como en anteriores oportunidades.
Los manifestantes, entre ellos movimientos sociales, sindicatos y pueblo indigena organizado, iniciaron una marcha pacífica en Lima que fue reprimida por los cuerpos de seguridad. Medios locales peruanos informaron que la policía nacional no ha podido con la fuerza del pueblo, que manifiesta su descontento con la quema de mobiliario urbano y el cierre de rutas del transporte público mientras que la policía respondió con gases lacrimógenos en un esfuerzo por apaciguar los disturbios.
Un poco más tarde el pueblo logró reunirse en uno de los terrenos de la terminal aeroportuaria para tomar la pista de aterrizaje, lo que provocó otra vez enfrentamientos con agentes de la policía.
Luego de estos sucesos se dió a conocer que resultaron heridas 18 personas y se quemaron luces y una caseta de seguridad del aeropuerto.
Aeropuertos Andinos del Perú pidió el cese de los actos de violencia contra los aeropuerto de Arequipa y Juliaca e indicó que están suspendidas las operaciones.
Hay unos 120 mil camiones y 10 mil buses varados en rutas bloqueadas en el interior.
El mercado mayorista de Lima recibió solo 26 toneladas de limón debido a los bloqueos viales.
Con estas manifestaciones, que llevan mes y medio y más de 50 muertos, los peruanos exigen la renuncia de la presidenta, Dina Boluarte de manera inmediata y la liberación de Pedro Castillo, depuesto luego de un proceso exprés. En gran parte del territorio nacional rige el estado de emergencia.
El pueblo peruano asegura que no bajará la guardia y exige que se haga justicia por los caídos en las protestas.