Al menos tres muertos y un desaparecido por las fuertes lluvias e inundaciones en Nueva Zelanda. La ciudad de Auckland, la más grande del país, está en estado de emergencia. El aeropuerto está cerrado y la red de carreteras "gravemente afectada".
El Gobierno ha anunciado que destinará el equivalente a unos 65.000 dólares estadounidenses en ayudas a las comunidades. La prioridad, ahora, es rescatar a las personas en peligro y proporcionar refugio a los damnificados.
El mal tiempo seguirá los próximos días, por lo que se insta a los ciudadanos a seguir las instrucciones de los servicios de emergencia.