Un nuevo método de extorsión a migrantes se ha extendido en la frontera de México y Estados Unidos por parte de los carteles que dominan estos territorios, e implica secuestro, robo y la amenaza de perder la posibilidad de emigrar legalmente a EEUU.
La denuncia la recoge un trabajo realizado por la BBC, en el que citan a una familia venezolana que vivió un episodio de angustia y terror luego que fueran secuestrados en Nuevo Laredo por parte del Cartel de los Zetas.
Laura (nombre ficticio que le asigna el periodista de la cadena británica), su esposo y su hija aterrizaron en el Aeropuerto Internacional Quetzalcóatl de Nuevo Laredo un día antes de la cita programada con las autoridades migratorias de EEUU, y allí fueron fotografiados en la terminal y luego secuestrados durante días por el grupo irregular.
Esta ciudad en el estado de Tamaulipas está a 13 kilómetros de cruzar legalmente a suelo estadounidense.
En octubre de 2020, el gobierno estadounidense habilitó un mecanismo (CBP One) para gestionar el ingreso de los migrantes por la frontera sur a través de los estados de Arizona, California y Texas.
Sin embargo, a raíz de la masiva afluencia de venezolanos el gobierno del presidente Joe Biden prohibió su ingreso irregular por la frontera con México y creó un mecanismo para recibir a 24.000 venezolanos patrocinados por familiares en Estados Unidos.
La familia de Laura tomó un taxi y cuando se detuvieron en un semáforo, poco antes de llegar a un puente, un auto gris los bloqueó desde el carril derecho y se bajaron dos hombres jóvenes, con tatuajes en el cuello y las manos.
Cuando los hombres le preguntaron el lugar de procedencia y hacia dónde se dirigían, la pareja dijo que iba de visita, pero el acento venezolano los delató. Posteriormente uno de los hombres le ordenó al taxista que cruzara a la izquierda en la siguiente esquina.
Laura intentó detener al conductor, mientras su esposo miraba hacia atrás para confirmar que los seguían, pero este se limitó a responder: «Discúlpenme, no puedo hacer nada. Después arremeten contra mí», expone el relato de la BBC.
Cumpliendo la orden dada, el taxista giró a la izquierda y se detuvo en una calle más solitaria que la avenida principal. Los hombres volvieron a bajarse del auto gris y los convidaron a salir del vehículo para hacerles una revisión.
«Bájense que les vamos a hacer una revisión», dijo uno de ellos. Laura se negó y le ordenó al taxista que mantuviera las puertas cerradas, pero fue inútil.
El comienzo de una pesadilla
Los hombres pidieron los celulares y las claves de acceso. Laura entregó el suyo, era el único teléfono que tenían. Unos hombres armados en su paso por el Darién se habían quedado con el de su esposo.
Luego fueron trasladados a un hotel abandonado, y en una de las habitaciones había 15 personas que eran los pasajeros del avión en el que llegaron a Nuevo Laredo desde Ciudad de México.
Al rato apareció un hombre que dijo que tenían que buscar US$800 por persona para poder salir, y si no pagaban no los dejaban ir a su cita.
«Nosotros somos del Cartel de los Zetas. Tengan cita o no tengan cita, ustedes no tienen derecho a estar aquí. Por eso tienen que pagar por el suelo que están pisando. El suelo de Nuevo Laredo cuesta US$20.000 pesos», dijo uno de los captores, reseña la BBC.
Laura y su esposo hicieron cuentas: 20.000 pesos equivalen a cerca de US $1.200 dólares por persona, US $400 más que el monto que les dieron inicialmente por cada uno.
Luego les entregaron sus teléfonos para que contactaran a familiares y amigos que pudieran hacer transferencias, pero antes, el hombre les advirtió que no intentaran enviar la localización del lugar donde estaban.
«En ese punto ya no importaba la cita. Lo que más nos preocupaba era que no le hicieran daño a la niña y que pudiéramos salir con vida», dijo el esposo de Laura.
Escucharon que a los mexicanos que intentaban cruzar la frontera por Nuevo Laredo les pedían entre US$10.000 y US$20.000 dólares. Y que no los soltaban hasta que pagaran. Uno de los mexicanos secuestrados les contó que llevaba más de un mes en aquella casa, explica la BBC.
Después del mediodía, uno de los hombres le pidió a Laura el teléfono para revisarlo. «Leyó todos los chats y comprobó que no teníamos a nadie que nos apoyara económicamente» declaró al periodista del medio británico.
Antes de desalojarlos de la casa bajo el argumento de que necesitaban el espacio para otras personas, los hombres le hicieron un video a la pareja, con la niña en brazos, y les obligaron a decir que estaban bien y que no les habían hecho daño.
«En ese momento pensamos que estaban buscando una prueba para eliminar su responsabilidad y que luego nos iban a matar», recordó Laura.
A la familia venezolana y a otros migrantes que no pagaron y perdieron su cita aquel día los llevaron a un terminal de autobuses y les dijeron que no se molestaran en denunciar a la policía. «No vuelvan a pisar Nuevo Laredo. Recuerden: aquí mandamos nosotros», afirmaron uni de los miembros del cartel.
En un informe sobre delitos perpetrados contra migrantes, la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas de la Secretaría de Gobernación de México reportó que 540 personas denunciaron haber sido víctimas de algún delito en su tránsito por México hacia Estados Unidos durante 2023.
Desde un refugio de migrantes en el norte de México, Laura y su esposo intentan concertar una nueva cita en la aplicación CBP One, en cualquier lugar que no sea Nuevo Laredo.
Con información de la BBC