Este miércoles la Organización Mundial de la Salud (OMS), advirtió que la Franja de Gaza enfrenta una creciente amenaza de propagación de enfermedades e infecciones, en medio del deterioro del sistema de salud, del suministro de agua y del saneamiento.
«Al tiempo que sigue creciendo la cantidad de muertos y heridos en Gaza, debido al agravamiento de las hostilidades, el intenso hacinamiento y la interrupción de los sistemas de salud, agua y saneamiento representan un peligro añadido: la rápida propagación de enfermedades infecciosas», señaló la ONU.
Desde el inicio del conflicto se han registrado 33.551 casos de diarrea, 8.944 casos de sarna y piojos, 1.005 casos de varicela, 12.635 casos de erupciones cutáneas, 54.866 casos de infecciones de las vías respiratorias superiores.
La mitad de los casos de diarrea corresponden a niños menores de cinco años, lo que representa un aumento significativo en comparación con la media de 2.000 casos mensuales a lo largo del 2021 y 2022.
El cierre de las plantas desalinizadoras y la interrupción de la recogida de residuos sólidos por la falta de combustible aumentó el riesgo de propagación de las infecciones bacterianas como la diarrea.
Además, la acumulación de residuos sólidos crea un entorno para la proliferación de insectos y roedores, portadores de enfermedades transmisibles.
«La situación es particularmente preocupante para los casi 1,5 millones de desplazados en toda Gaza, especialmente los que viven en refugios, gravemente hacinados y con escaso acceso a instalaciones de higiene y agua potable» apuntó la OMS.
Según el organismo, esta situación se ha exacerbado por las trabas en el sistema de salud que imposibilitan la vigilancia de enfermedades, en particular las capacidades de detección temprana.
Aunado a eso, la escasez de equipos de protección personal y la limitada gestión de residuos médicos aumentan la exposición a materiales tóxicos e infecciones en los hospitales.
La OMS pidió el acceso urgente y acelerado de la ayuda humanitaria a la Franja de Gaza y llamó a las partes del conflicto a «cumplir las obligaciones que les impone el derecho internacional humanitario».