Este lunes la organización de las Naciones Unidas (ONU), anunció que está preparada para desplegar todos los equipos de respuesta de emergencia en Haití, luego que se registraran los primeros casos de cólera después de tres años, así lo informó Stéphane Dujarric, portavoz del ente.
El organismo detalló que brindará apoyo en las regiones afectadas, siempre y cuando se garantice el acceso seguro de los suministros a los habitantes, y sean desbloqueados los envíos de combustibles.
Según Los Ángeles Times, el gobierno haitiano anunció la muerte de al menos ocho personas a causa del cólera, lo que reavivó las remembranzas de la epidemia por la enfermedad, ocurrida después del terremoto en 2010, que provocó la muerte de al menos 10.000 personas.
En aquella oportunidad el origen estuvo presuntamente vinculado a los residuos fecales vertidos en un río por parte de los cascos azules de la ONU, que formaban parte de la misión de paz que se había desplegado en el país. En el 2016 la ONU pidió perdón y presentó un plan para combatir la enfermedad y apoyar a los afectados.
Sin embargo, la situación actual es distinta, el nuevo brote de cólera llega cuando el país atraviesa una crisis de gobernabilidad, luego que el 7 de julio de 2021, fuera asesinado en su residencia el presidente de Haití, Jovenel Moïse.
Además, el resurgimiento de las bandas armadas, sumadas a las manifestaciones antigubernamentales que exigen la renuncia del primer ministro, Ariel Henry, son obstáculos que impiden la implementación de una estrategia eficaz para enfrentar la enfermedad.
La falta de combustible y las protestas han obstaculizado la disponibilidad de servicios básicos en todo el país, incluyendo la atención médica y el agua limpia, la cual es crucial para ayudar a combatir la enfermedad, y mantener a los pacientes con vida.
Por esta razón, Guterres realizó un llamado a las partes al trabajo conjunto, para volver por el camino de los avances logrados contra el cólera en los últimos 12 años, y que no continúe expandiéndose la enfermedad.
Por el momento la ONU ha asegurado que se ampliará la vigilancia y la provisión de agua y saneamiento, abrirá centros para el tratamiento y mejorará la gestión de los casos.