El Comité de Naciones Unidas sobre los Trabajadores Migrantes solicitó que se investigue "inmediata y completamente" las causas de la muerte de al menos 23 migrantes subsaharianos en la valla fronteriza que separa Marruecos del enclave español de Melilla.
"Queda por establecer si las víctimas murieron al caer de la valla, en la estampida o como resultado de alguna acción de los agentes de fronteras" señala el texto.
El Comité también reclama a los dos países que amplíen las vías para una migración segura y ordenada y que tomen medidas para garantizar el derecho al asilo.
Además que se informe a los familiares de las víctimas y que se habiliten los mecanismos necesarios para la repatriación de los cadáveres.
Según los últimos datos, las organizaciones humanitarias elevan a 37 el número de víctimas mortales y a 76 la cifra de heridos.
"Es el número más alto registrado de muertes en un solo incidente durante muchos años de inmigrantes que intentaban cruzar de Marruecos a Europa a través de los enclaves españoles de Melilla y Ceuta", advirtieron.
Denunciaron además que han recibido informes de migrantes atacados con porras y piedras por funcionarios marroquíes mientras intentaban escalar la cerca de alambre de púas de entre seis y diez metros de altura.
En España, la Fiscalía General del Estado también ordenó una investigación.
Paralelamente, la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, aseguró que “el problema es que existen mafias internacionales que trafican con seres humanos que provocan estas situaciones trágicas”.
No es un dato menor que activistas y colectivos de defensa de los derechos humanos han denunciado un aumento de la violencia contra los migrantes en Marruecos desde que Madrid y Rabat restablecieron las relaciones diplomáticas tras el giro en la postura española sobre el Sáhara.
Amín Abidar, presidente en Nador de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), sostiene que en los últimos tres meses se incrementaron las veces en que los gendarmes marroquíes deshicieron los campamentos de los migrantes escondidos en las montañas próximas a la ciudad marroquí y los alejaron hacia las ciudades del sur de Marruecos.