El Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, informó que las recientes inundaciones en Pakistán provocaron una "masacre climática" de magnitud inédita, por lo que instó a los gobiernos a incrementar la ayuda financiera para atender la emergencia en el país ubicado en Asia del Sur.
Durante una conferencia de prensa con el ministro de relaciones exteriores, Bilawal Bhutto Zardari, Guterres recordó que algunas regiones de Pakistán acaban de experimentar el agosto más lluvioso del que se tiene constancia y que las precipitaciones en algunas provincias han sido hasta ocho veces superiores a las habituales.
"He visto muchos desastres humanitarios en el mundo, pero nunca he visto una masacre climática de semejante escala", declaró Guterres.
A través de su cuenta Twitter, el máximo responsable del organismo informó que "Pakistán y otros países en desarrollo (…) están pagando un precio atroz por la intransigencia de los grandes emisores que siguen apostando por los combustibles fósiles".
Las recientes lluvias monzónicas y el deshielo de los glaciares en las montañas del norte del país, provocaron inundaciones que han causado la muerte de más de 1.391 personas, arrasando poblados, carreteras, vías férreas, cultivos y ganado.
El monzón, que suele durar de junio a septiembre, es esencial para regar las plantaciones y para la reconstitución de los recursos hídricos del subcontinente indio, pero el país no había vivido unas lluvias tan torrenciales en por lo menos tres décadas.
Vastas regiones del país siguen bajo el agua, lo que provocó que miles de personas fueran desplazadas de sus hogares. El gobierno afirma que las vidas de casi 33 millones de personas se han visto afectadas.
Autoridades pakistaníes calculan que los daños materiales causados por las inundaciones ascienden a 30.000 millones de dólares.
Los organismos de salud prevén un aumento de casos en niños con gastroenteritis y otras enfermedades, ya que muchos se ven obligados a beber agua contaminada por las inundaciones.
En un recorrido aéreo por las zonas afectadas con el primer ministro paquistaní, Shehbaz Sharif, el máximo representante del organismo internacional calificó la emergencia humanitaria como "inimaginable".
“Mi corazón está con todos los que han perdido a sus seres queridos en esta tragedia, y con todos los que se han visto afectados por la pérdida de sus hogares, sus negocios y sus medios de vida”, subrayó Guterres.
La administración de Arif Alvi estima que necesitará al menos 10.000 millones de dólares para reconstruir parte de las infraestructuras arrasadas por las aguas. Para el Secretario General de la ONU la ayuda financiera de los países miembros “no es una cuestión de generosidad, sino de justicia".
