El reconocido fotógrafo brasileño Sebastião Ribeiro Salgado y su esposa Lélia Deluiz Wanick Salgado han llevado a cabo una labor extraordinaria durante las últimas dos décadas, convirtiendo una parcela de tierra árida en el estado brasileño de Minas Gerais en una exuberante reserva natural.
Una visión desoladora
Cuando Salgado regresó de un viaje traumático que lo llevó a cubrir el genocidio de Ruanda en 1994, quedó impactado al encontrar la antigua ganadería de su familia en un estado de degradación natural. «La tierra estaba tan enferma como yo; todo fue destruido», expresó Salgado. Menos del 0,5% de la tierra estaba cubierta de árboles, una imagen desoladora.
Ante esta desolación, Lélia tuvo una idea radical pero inspiradora: replantar el bosque. «La tierra estaba tan degradada, tan horrible. ¡Qué mal regalo! ¿Por qué no plantar?», recordó Lélia. Así, la pareja decidió embarcarse en un proyecto ambicioso y transformador.
La fundación del Instituto Terra
En 1998, fundaron el Instituto Terra, una organización ambiental dedicada al desarrollo sostenible del valle. Con el apoyo de Vale, una de las compañías mineras más grandes del mundo, obtuvieron 100.000 plántulas de árboles de su vivero, un recurso invaluable para su proyecto de reforestación.
La siembra de la esperanza
En 1999, los primeros árboles fueron plantados en la granja Bulcão por estudiantes de escuelas locales, marcando así el inicio de una transformación. La pareja y su equipo trabajaron incansablemente para rejuvenecer el suelo muerto y dar vida a la tierra abandonada.
En los últimos 20 años, la tierra gravemente erosionada ha sufrido una transformación asombrosa. Ahora, lo que una vez fue una tierra estéril se ha convertido en un bosque vibrante y lleno de vida. Según el Instituto Terra, cientos de especies de flora y fauna ahora llaman hogar a esta reserva natural.
El impacto en la biodiversidad
El bosque alberga cerca de 300 especies de árboles, más de 170 especies de aves, 30 especies de mamíferos y 15 especies de anfibios y reptiles, muchas de las cuales están en peligro de extinción.
Salgado, emocionado por el renacimiento del entorno, lo describe como el momento más importante de su vida.
Un legado de esperanza y renovación
La dedicación de la pareja a lo largo de los años ha demostrado que la restauración ambiental es posible incluso en las condiciones más adversas.
Su trabajo ha dejado un legado de esperanza y renovación, mostrando cómo los esfuerzos humanos pueden revertir el daño causado a la naturaleza.