Sara Álvarez Rouco, portavoz de VOX en el Ayuntamiento de Gijón, en España, denunció esta semana la proyección la película Mamacruz, de la cineasta venezolana Patricia Ortega, en Gijón por considerar que «vulnera» e «irrespeta» los símbolos y convicciones religiosas de los españoles.
«Vox quiere cancelar la película Mamacruz sin haberla visto», «Es una película luminosa y muestra un respeto absoluto hacia la religión», «Esta denuncia demuestra que solo se ha leído la sinopsis y visto un cartel», eran algunos de los comentarios de los espectadores del filme.
Tras la polémica, la directora zuliana Patricia Ortega respondió a VOX en su cuenta de Instagram que Mamacruz no irrespeta creencias ni sensibilidades religiosas. «Creo que usted no ha tenido la oportunidad de verla y que sólo la está juzgando por la imagen amorosa que propone nuestro cartel internacional», respondió a Sara Álvarez Rouco.
«¿Quiere que le envié el link de visionado? Estoy segura de que cuando la vea, le va a encantar. Porque Mamacruz festeja la humanidad, la diversidad y los orgasmos, que abrazan a todas las personas sin distinción», agregó.
El productor de Mamacruz, Olmo Figueredo González Quevedo, también respondió a la denuncia de VOX en su cuenta de X. «Mis padres me transmitieron el amor por el cine. Los jesuitas, el respeto a la religión católica. Y mi buen amigo, el Padre Alcalá, la tolerancia hacia todo tipo de expresiones artísticas y culturales. Así que recomiendo a la señora Sara Álvarez Rouco que dé menos lecciones y vea más cine. O, al menos, que vea el cine del que habla para confirmar que Mamacruz en absoluto critica, ridiculiza ni desprecia a la religión católica», aseguró.
La película, una comedia dramática, sigue la historia de Cruz, una abuela religiosa que aprende a navegar por internet. Cuando accidentalmente se encuentra con pornografía, empieza a sentir deseos que ya creía extinguidos y se enfrenta a dilemas que la llevan a cuestionar su propia sexualidad.
El año pasado, Mamacruz se presentó en el Festival de Sundance en la sección World Cinema Dramatic Competition. Este año, el filme protagonizado por Kiti Mánver compite en la categoría a Mejor Montaje en los Premios Goya.