El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, declaró este martes como testigo en la investigación por presunta corrupción y tráfico de influencias que involucra a su esposa, Begoña Gómez.
Este escándalo ha generado un significativo desgaste político para el mandatario. Antes de su declaración, Sánchez presidió la última reunión del Consejo de Ministros antes del receso vacacional.
Detalles de la comparecencia
La audiencia duró aproximadamente 20 minutos. Marta Castro, abogada del partido Vox y acusación particular, informó a los periodistas sobre la duración del encuentro.
El juez Juan Carlos Peinado mantuvo la declaración en el Palacio de la Moncloa a las 11:00 horas, tras rechazar la solicitud de Sánchez de declarar por escrito, como permite la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
Defensa e impacto político
El Gobierno no había aclarado si Sánchez se acogería al derecho de no declarar, opción que finalmente ejerció. Begoña Gómez, especialista en captar fondos para fundaciones y ONG, también optó por no declarar el 19 de julio cuando compareció ante el tribunal.
Sánchez ha defendido la inocencia de su esposa y ha enmarcado el caso dentro de una campaña de la derecha y la extrema derecha para erosionar su Gobierno.
Esta situación ha agitado la política española, con el Partido Popular (PP) exigiendo insistentemente la dimisión del presidente. Además, el caso ha tenido repercusión internacional.
Reacciones y contexto histórico
Un grupo de manifestantes se congregó frente al Palacio de la Moncloa, gritando consignas contra Sánchez y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Este es el segundo caso en la historia reciente de España en el que un presidente en funciones comparece ante un magistrado. El primero fue en 2017, cuando Mariano Rajoy, del Partido Popular, testificó en un juicio por financiación irregular del partido.
Con información de DW
