La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, finalizó su visita oficial de aproximadamente unas 20 horas a Taiwán, enfatizando ante la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, el compromiso inalienable de la nación norteamericana con la isla en momentos en que las tensiones entre Washington y China crezcan.
“Estados Unidos ha venido para dejar claro que no abandonaremos a Taiwán”, subrayó Pelosi ante la primera mandataria de la pequeña nación insular. El avión que transporta a la presidenta de la Cámara de Representantes despegó este miércoles del aeropuerto de Songshan para continuar su gira por Asia.
Debido a las crecientes tensiones en la región, el Gobierno chino convocó al embajador estadounidense en Pekín, Nicholas Burns, para expresar su protesta por la visita de Pelosi, advirtiendo que esta acción generará una respuesta contundente del gigante asiático.
Durante su corta visita, Pelosi intervino en el Parlamento taiwanés, mantuvo un encuentro privado con Ing-wen en la Oficina Presidencial en Taipéi, en la que conversaron acerca de la salvaguardia de las libertades, la democracia y los derechos humanos.
También se reunió con activistas de derechos humanos críticos con Pekín, entre los que destacan, el disidente chino y líder de las protestas estudiantiles de Tiananmen de 1989, Wuer Kaixi; el activista taiwanés detenido en China en 2017, Lee Ming-che, entre otros.
Aunque no estaba formalmente incluida en su gira, Pelosi aterrizó este martes en Taiwán pese al llamado de China y de agencias estadounidenses. Pekín considera que la isla autogobernada es parte de su territorio y cualquier visita de políticos extranjeros se interpreta como una violación a su soberanía.
Este viaje, es el primero de un político estadounidense de alto nivel a la isla en los últimos 25 años, tras la visita del republicano Newt Gingrich en 1997.
En declaraciones a la prensa, la legisladora recalcó que este viaje establece grandes oportunidades de cooperación, que se basan en tres objetivos fundamentales. “Uno es la seguridad; seguridad para nuestros pueblos y para el mundo. Otro es económico, pues debemos expandir la mayor prosperidad posible. El tercero es la gobernanza”.
La reacción de China no ha sido solo diplomática sino también militar, desde el mismo día que Pelosi arribó a la isla, la administración de Xi Jinping anunció nuevas maniobras militares en el estrecho de Formosa, entre las que se incluyen pruebas de misiles. Ante el aumento de la presencia militar del gigante asiático en las inmediaciones de la isla, el Ministerio de Defensa taiwanés destacó que enviará refuerzos a la línea divisoria del estrecho para disuadir las “amenazas enemigas”.
