El Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú convocó al embajador mexicano en Lima, Pablo Monroy, en protesta por la "injerencia" del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, en asuntos internos.
El gobierno de Dina Boluarte consideró que los comentarios del mandatario azteca y del ministro de Exteriores, Marcelo Ebrard, "no resultan consistentes con los acontecimientos que se han sucedido”.
Hay que recordar que ambos funcionarios mexicanos, tanto López Obrador como Ebrard, aseguraron que la destitución de Castillo por parte del Congreso –cuando éste lo había disuelto antes- se trató de un golpe de Estado contra el presidente de Perú y llamaron a la OEA a aplicar la Carta Democrática.
López Obrador informó hoy viernes que el país inició consultas con las autoridades de Perú sobre la solicitud de asilo que hizo Castillo y detalló que, tras el contacto del miércoles, solicitó que le abrieran las puertas de la legación diplomática a Castillo.
"Pero al poco tiempo tomaron la embajada con policías, y también con ciudadanos, rodearon la embajada y él ya ni siquiera pudo salir, lo detuvieron de inmediato", dijo.
No es un dato menor que México tiene una larga tradición de ofrecer asilo político: desde los oponentes del dictador español Francisco Franco hasta el más reciente caso de alto nivel con el expresidente de Bolivia, Evo Morales, en 2019.
Aunque la lista es más larga y figuran también, el ex presidente de Honduras, Manuel Zelaya, la Premio Nobel de la Paz en 1992, Rigoberta Menchú, el ideólogo soviético León Trotsky y el cineasta español Luis Buñuel, entre otros.