Finalmente, luego de los hechos registrados en las últimas dos semanas, el Poder Judicial de Perú decidió que el expresidente, Pedro Castillo, cumpla una condena de 18 meses de cárcel.
Durante la audiencia de este jueves, se emitió la decisión por los delitos “graves” cometidos por Castillo, además del riesgo de fuga, esta última razón en especial impulsó la sentencia.
La decisión del juez ocurre en medio de la represión policial contra las movilizaciones que se registran en varias regiones peruanas, para demandar la libertad de Castillo, así como el cierre del Congreso, nuevas elecciones, una Asamblea Constituyente y la renuncia de la presidenta Dina Boluarte .
Castillo se encuentra detenido desde el 7 de diciembre, luego de que el Congreso aprobara su vacancia horas después de anunciar que lo disolvería.
Además, enfrenta el delito de rebelión, por quebrantar el orden constitucional al imponer el cierre del Congreso el 7 de diciembre, y también por conspiración, en agravio del Estado.
Sin embargo, durante el juicio, la defensa de Castillo negó las acusaciones por rebelión y conspiración que pesan en contra del mandatario, y rechazó los señalamientos de la Fiscalía.
Qué lo llevó a caer
Aunque tuvo una campaña exitosa y populosa que lo llevó a ganar la presidencia, no logró mantenerse en el poder.
Luego de dos fallidas demandas de vacancia por "incapacidad moral" ante el Congreso, un sinfín de denuncias en su contra por parte de la Fiscalía. y la ofensiva más reaccionaria que se haya visto en los medios de comunicación peruanos, finalmente se produjo su salida ante la tercera demanda de vacancia.
Desde su llegada a presidencia presentó un gabinete de ministros muy radical, y cedió a muchas políticas, azotado por la presión mediática.
Renunció a su partido quedándose sin apoyo político alguno y, con ello, sin capacidad para jugar otras fichas como la movilización popular.
En medio de los ataques que sufría, no convocó a los sectores sociales que lo respaldaban, y trató de resolver la diatriba negociando dentro de las instituciones liberales que terminarían consumiéndolo.
Ante la arremetida que sufría, Castillo cambió de imagen y abandonó su propuesta simbólica y estética, se quitó el sombrero, que siempre le acompañó durante la campaña y dejó de representar a los sectores populares.
Tras estos errores ahora las autoridades tendrán 18 meses, para desarrollar una investigación sobre los hechos cometidos los últimos días