En medio del amplio acuerdo de aliviar las sanciones petroleras a Venezuela, la empresa SLB (SLB.N) , la mayor firma de servicios petroleros del mundo, anunció que está planeando un rápido regreso al país suramericano.
El director general de la empresa Olivier Le Peuch, afirmó: «responderemos y, lo más rápido que podamos, movilizaremos los recursos y equipos que están ahí para responder y participar en esta reapertura».
Esta empresa que anteriormente llevaba el nombre de Schlumberger, se encuentra entre las pocas empresas de servicios petroleros con plataformas de perforación y equipos especializados en Venezuela.
Su regreso podría acelerar cualquier nuevo contrato con la petrolera estatal Pdvsa o sus empresas conjuntas, y reactivar aceleradamente la economía.
A la compañía, junto con Baker Hughes (BKR.O) , Halliburton (HAL.N) y Weatherford se les habían otorgado licencias que les permitieron mantener una presencia limitada en Venezuela pero restringieron sus actividades, especialmente con Pdvsa. Las nuevas flexibilizaciones cambian por completo el panorama, refiere Reuters.
No será la única en volver
Actualmente Venezuela cuenta con una plataforma de perforación activa. Expertos aseguran que para esta nueva ampliación de operaciones se requerirá de un equipo petrolero especializado, lo que movilizaría lógicamente el mercado e empleos.
Otras empresas también se han pronunciado, como la petrolera estadounidense Chevron Corp (CVX.N) que ha planeado una campaña de perforación para 2024 para ampliar la producción conjunta en Venezuela a unos 200.000 barriles por día (bpd) desde los 140.000 bpd actuales, lo que requerirá al menos dos plataformas de perforación especializadas.
Por su parte Le Peuch advirtió que era demasiado pronto para decir cuánto podría lograr SLB en poco tiempo, pero se mostró muy optimista por este cambio que sin duda beneficiará al mercado y la economía: «su potencial es positivo si se cuentan (con instalaciones). De hecho, eso es genial», afirmó.
Hace una semana, EEUU levantó las restricciones impuestas a la industria venezolana para producir, vender y exportar petróleo y gas, permitiéndole también cobrar facturas nuevamente.
La medida suspendió una gran parte de las sanciones impuestas desde 2019 al sector energético del país de la OPEP.