Miles de personas salieron a las calles de Shanghái y Beijing para protestar contra las estrictas políticas de “COVID-cero”: “¡no queremos pruebas PCR, queremos libertad!”, gritaban
Desde el viernes la gente ha realizado protestas en toda China -donde las manifestaciones callejeras son extremadamente raras- por el incendio donde murieron calcinadas 10 personas en un apartamento en la ciudad noroccidental de Urumqi.
El público cree que el incendio fue causado por medidas de confinamiento excesivas, que retrasaron el rescate.
En las redes sociales se publicaron vídeos con enfrentamientos entre manifestantes y policías de por lo menos ocho ciudades.
En Shanghái la policía rodeó y disolvió a los manifestantes quienes denunciaron golpes.
Una lista de colaboración colectiva en las redes sociales mostró que hubo manifestaciones en 50 universidades.
Un intento de colaboración colectiva por internet identificó a seis personas que fueron arrastradas por la policía. A los motivos de la protesta se sumó la liberación de los secuestrados.
Hay que recordar que China lleva tres años de duros cierres, bloqueos estrictos y pruebas masivas como forma de minimizar las muertes.
En Shanghái, en el bloqueo de la primavera, las personas fueron llevadas a la fuerza a una cuarentena centralizada.
El presidente Xi Jinping presentó el enfoque como un ejemplo de la superioridad del sistema chino en comparación con Occidente, y especialmente con Estados Unidos, que había politizado el uso de máscaras y tenía dificultades para promulgar bloqueos generalizados.